Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Es necesario volver a la escena del crimen para saber qué es lo que pasó, repasar cada detalle para llegar a hacerse una imagen completa. Por eso decidí que para que entiendan mejor (y conozcan mi abandonada ciudad) ir a sacar fotos, para recordar otra vez y poder mantenerme fiel a la realidad en estos escritos.
Nos conocimos un 22 de marzo en una fiesta. Cumpleaños de un amigo. Recuerdo que pensaba ir a una pijamada con mi mejor amiga ese día, pero cambié de opinión en último momento. Me puse la ropa nueva que por casualidad había comprado ese día. Llegué y ahí estabas, seguía sin soportarte por lo que ni siquiera te saludé. Pero ahí estabas, insistiendo en acercarte. Mientras un amigo me joteaba, dijiste que tú podrías hacerlo mejor. Después iba a entender que era algo que estabas acostumbrado a hacer. De manera pedante te pregunté cómo podrías hacerlo mejor y fue cuando me dijiste algo que jamás voy a olvidar.
"Es fácil, tienes que decir algo lindo como un poema. Por ejemplo Benedetti:
Compañera usted sabe puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo
si alguna vez advierte que la miro a los ojos y una veta de amor reconoce en los míos no alerte sus fusiles ni piense qué delirio a pesar de la veta o tal vez porque existe usted puede contar conmigo
Y seguiste. Ahí estaba yo, intentando que no se me notara que me comenzaste a gustar al tiro. Pero finalmente nos quedamos solos, me puse tan nerviosa que jugamos a mover la nariz como en mi bella genio. Cuando te fuiste, me preguntaste el nombre y antes de que llegara a mi casa, ya tenía una nueva solicitud de amistad. No dejamos de hablar jamás, a veces ni siquiera era una conversación sino que nos mandábamos links de canciones de The Smiths en youtube. Recuerdo que me enviaste "there is a light that never goes out" ya que estaba aprendiendo a conducir y querías que en nuestro primer paseo, la escucháramos. Me esperabas en el liceo a las 7 de la mañana en la entrada solo para decir hola, nunca había sido tan feliz. En una de esas tardes hablando, recuerdo que hubo un terremoto. Al vivir en la costa, obviamente tuve que evacuar, esa debió ser la primera señal.
La verdad es que era cuestión de tiempo que me enamorara, ahora lo veo. ¿Cómo resistirse a tus encantos? eres la persona más inteligente que he conocido en demasiado tiempo. Una semana después fue nuestra primera salida. Llegaste una hora y media tarde y yo esperé, como tonta esperé sentada en la banca que ahora todos ven. Estabas con el pelo mojado, caminaste mientras me pedías disculpas y me agarraste de la cintura. Creo que nunca había estado tan nerviosa en la vida. Ese día nos sentamos en el Parque Brasil y nos fuimos moviendo. Nos sentamos en un muro donde habían plantas, reclamabas porque yo las sacaba. Hoy tres años después, el muro ya no está. Más simbólico no puede ser. Nunca olvidaré la primera vez que me miraste a los ojos y me preguntaste ¿quién te hizo tanto daño?. Después de contar nuestras historias, increíblemente supe que te amaba. Solo habían pasado siete días y ya sabía que esperaba que los restantes en mi vida fueran contigo.
El amor de tu vida llega así a tu vida, te golpea y aunque suene cliché, llega cuando menos lo buscas. Es necesario encontrarlo, pues necesitamos saber amar pero no de manera racional. Amar con el alma, amar hasta que no sientas que puedas más y de manera incondicional. Aceptar las cosas que jamás aceptarías en otra persona, querer acompañarlo/a, cuidarlo/a incluso en sus peores momentos y con sus peores demonios. Es un amor que quema, siempre lo he visualizado como una llama que arrasa con todo lo que encuentra, ideales, valores, prejuicios. Pero te hace querer ser una mejor persona. Recuerdo que fue ahí cuando entendí qué significa que alguien te diga "mi amor", esta persona es la representación física de todo el amor que existe en ti, como si fuera una definición. Este tipo de amor es algo que no podemos evitar, aunque luchemos con todas nuestras fuerzas. Estábamos en esta banca cuando te recostaste en mis piernas y dijiste "pequeña, me gustas mucho" y yo dejé de respirar, entré en pánico total y pasaron los minutos, incluso me dijiste que si no sentía lo mismo que lo entendías pero que por favor dijera algo. Obviamente, di la peor respuesta del mundo.