Capitulo 2

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El resto del día transcurrió con normalidad, aunque  no pude dejar de pensar en aquellos ojos azules y su hermosa mirada que me cautivaron en un par de segundos nada más. Una vez en casa, jugué a ser Da   Vinci dibujando su rostro angelical. Las horas fueron pasando  y mis pulmones ya pedían piedad, ya que de mi boca salía humo de cigarrillo como  una locomotor al andar.
No volví a verla  por un par de días, pero su recuerdo seguía intacto en mi mente y su mirada se reproducía una y otra vez en esta como se tratara de un hermoso flashback. Para mi suerte la clase de alemán no era la única que compartíamos, gimnasia, la peor clase para mí, se convirtió en la mejor, pues podía ver su hermoso rostro sin estar cubierto por su pelo. Por primera vez en mi vida no quería que la clase acabara, mis ojos seguían sus movimientos sin poder evitarlo, pero al parecer no era el único que se había fijado, Jeff Collins capitán del equipo de básquet fijo su mirada en ella, todo signo de felicidad se borró de repente de mi rostro, las fantasías habían acabado, estaba  de nuevo en el mundo real. Fue  algo estúpido ilusionarme con una persona que ni siquiera sabe que existo, además, sería imposible competir contra Jeff, él es guapo, popular, tiene dinero y es el capitán del equipo de básquet, y yo tan solo era un estúpido. Para rematar mi mala suerte los neandertales que me golpea  decidieron que era hora de que abrazar el suelo, así que generosamente atravesaron sus pies en mi camino, desatando la burla del resto de la clase. La verdad en ese momento ya me daba igual todo, así que  decidí levantarme y golpearlos, pero mi acto  de valentía me dejo como resultado la nariz rota, un ojo morado y un llamado con el director, a partir de ese momento me di cuenta que había tomado la peor decisión de mi vida, las golpizas eran cada vez más frecuentes y fuertes, sin importar cuánto dinero les diera siempre me golpeaban. En un momento pensé en asesinarlos a todos lentamente desmembrando sus cuerpos para que pudieran sentir todo el dolor que me causaban, pero era algo ridículo, no era capaz de matar a un animal y mucho menos a un humano aunque este lo mereciera,  además en la cárcel no había internet, buena comida y de seguro acabaría siendo violado por mi compañero de celda.

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