Llamadas ocultas

Cap 3: Secuestro

Me despierto en una sala muy oscura la cuál solo entra luz desde una pequeña ventana que hay en el fondo.

Me encuentro atada de manos a pies en una silla de madera bastante vieja. Y noto un golpe muy fuerte en la espalda.

De repente alguien entra en la habitación, esta vez sin capucha.

—¿Quien es? ¿Porque me atáis? ¿Que hago yo aquí? —pregunto desesperada y con mucho miedo.

—Soy yo, Raven. El Sr. Misterioso como tu dices.

—Entonces haré todo lo que tu quieras pero suéltame de una vez —digo esta vez con lágrimas en los ojos.

—Entonces toma —me da mi móvil —haz lo que te he dicho.

No logro ver del todo su cara por la oscuridad de la habitación. Pero logro ver un hombre con ropa vieja y fuerte. Da bastante miedo...

Cojo el móvil y veo que son las 22:00 p.m. ¡No! ¡Mis padres! Me deben estar buscando.

Veo un montón de llamadas de mis padres y de mis amigas, incluso de Marcus. ¡Deben pensar que he muerto(xd)!

La mejor idea sería llamarlos sin que el Sr. Misterioso se diera cuenta pero... creo que no es tan tonto como para no darse cuenta.

Entro en WhatsApp y encuentro 500 WhatsApps que solo son "¿Estas bien Raven?", "¿Donde estás Raven?", "¿Te ha pasado algo?", "¿Has muerto?" (xd)...

Entro en el contacto de Jasper. Y le escribo: "Jasper te tengo que dejar, ya no quiero que seamos pareja"

—¿Así? —digo enseñándole el móvil.

—Perfecto.

El me arranca el móvil de las manos y se va de la habitación.

Me quedo atada unas horas a esa incómoda silla. Me duele todo: las manos, los pies, la espalda, el culo (xd)

Cierro los ojos y logro descansar un rato. Pero justamente entra otro hombre, pero no el mismo de antes. Esta vez lleva una sudadera negra con capucha, como el que entró en mi casa.

Se acerca a mi y me desata los pies y las manos.

—Tu, ¡tu me secuestraste!

—Tengo que llevarte a otra habitación... si no me lo impides llegarás bien. Si me lo impides tendré que dormirte.

—Pff... vale, ¿pero fuiste tu?

—Si, ¿ahora vendrás?

—Vale... —digo ya harta de todo y de todos.

El me saca de esa habitación y me lleva por unos pasillos también muy oscuros hasta llegar a una habitación como podría decirlo... ¿de niña pequeña? Exacto, con las paredes blancas con papel tintado en ellas. Una cama pequeña y con un edredón rosa con maripositas.

¿Pero con que clase de gente estoy por dios?

—¿Y ahora que? ¿Me obligaréis a jugar a las muñecas y sino lo hago me mataréis, o que? —digo sarcástica.