Un día triste

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Era un día muy lluvioso, triste y solitario. Allí estaba Marcos, lleno de impotencia y melancolía sentado en la estación de metros en espera de su padre, el niño se preguntaba ¿Dios, por qué permitirse que el destino separara a mis padres? ¿Qué hice yo para merecer esto? ¡Dime Dios, ya que tú siempre estás conmigo, ven y ayudame!. Marcos partió a la estación de trenes para despedirse de su padre a las 7:30 AM, eran las 12:30 de la tarde y aún su padre no aparecía. Tiempo después, Marcos se preguntó: ¿Será que mi padre no quiere saber de mi debido a que, tiene otra familia en Canadá? Después dijo dentro de él: lo esperaré unos minutos más, probablemente no encontró un taxi o seguro aún no ha terminado de arreglar sus maletas; aunque papá tenga otra familia nunca me abandonaría.

Pasó una hora y El Señor Keneddy, padre de Marcos llegó a la estación para coger un metro y partir a Canadá ya que, él vivía en Estados Unidos y son países cercanos y limitantes. Cuando Marcos vio a su papá no pudo contener la alegría y le dijo: ¡Padre, llevame contigo! El Señor Keneddy le dijo con tristeza:¡Hijo! ¡No te puedo llevar! Sabes bien que tu madre no quiere verme ni saber absolutamente nada de mi después de nuestra separación; sabes que ella no quiere que yo te lleve conmigo para que puedas conocer a mi nueva esposa la cual está esperando un bebé.

Después, Marcos le dijo a su padre: Papá, quiero estar contigo pero, tengo que dejarte ir espero que puedas ser Feliz con tu nueva familia. El Señor Keneddy le dijo: Hijo, debes de entender la situación, tú más que nadie sabes lo difícil que es no tenerte en mis brazos. ¡Hasta luego hijo mío, el tren me va a dejar! Marcos le responde: ¡Adiós papá! Luego, Marcos al igual que su papá dijeron dentro de ellos: Este es el último adiós pero, aun te sigo amando, no me olvides, nunca te olvidaré!

"El último adiós "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora