Capitulo 2

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                                                                                   Capitulo 2

Escuchamos cosas caer y gritos conocidos que provienen de la cocina. Peta me coge de la mano y bajamos juntos con cuidado de no hacer ruido. Cuando entramos a la cocina, vemos a Haymitch con otro ataque de los suyos, provocado por falta de alcohol. Está buscando alcohol.  Peeta corre hacia él, lo golpea, le agarra, lo sienta en la silla y le amarra con lo primero que ve. En el momento que se relaja Peeta lo desata y yo me acerco a él y me siento en frente de él, aunque está un poco adormilado por el golpe que le ha dado Peeta antes de agarrarle.

-Haymitch.-Le llamo para despertarle.

Este levanta poco a poco la cabeza y me observa con los ojos rojos, pareciendo que se había inyectado alcohol en las venas.

-¿Qué pasa preciosa?-Pregunta cabizbajo, con una voz rota, aunque parece que no le importa mucho que le conteste, porque en seguida vuelve a cerrar los ojos.

Le observo e intercambio una mirada con Peeta, que tiene una cara un poco triste.

Le contemplo y me dirijo hacia él. En el tiempo que se da cuenta que me estoy acercando, abre los brazas y nos abrazamos, de modo que yo apoyo su cabeza en su pecho. Después de unos minutos nos separamos y le echamos una ojeada a Haymitch, que sigue igual que antes.

-Peeta, ¿Qué hacemos con el borracho?-Le pregunto mientras pongo una pequeña sonrisa.

Él da una risa débil y se acerca a Haymitch, lo apoya en su hombro,  se lo lleva al salón y lo tumba en el sofá.

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Es la hora de comer y Haymitch no había despertado aún.

Peeta no había ido a la panadería y yo no había ido a cazar. Ya habíamos preparado la comida y en este momento estábamos comiendo. Alzo la cabeza para mirar el plato de Buttercup, que se encontraba vacío de nuevo. Me levanto, dejo las sobras en su plato y me dirijo hacia el fregadero donde empiezo a lavar mi plato. Peeta se levanta y deja su plato al lado del fregadero e inicia a barrer la cocina. Siempre nos dividimos las tareas. Después de eso vemos como Haymitch se levantando de poco a poco y se restriega los ojos con las manos. Luego veo como se pone las manos en la boca. Cogo un cubo de debajo del fregadero y me acerco a él corriendo como una loca y gritándole.

-¡Haymitch!, ¡No hagas eso!- Le grite para que no lo hiciera.

Pero fue inmune, al final terminó vomitando en la alfombra. Cuando llego a él le pego una bofetada y Peeta viene corriendo hacia nosotros.

-¿Qué ha pasado?, ¿Por qué le pegas?-Me pregunta un poco perplejo.

Le indico el vomitado y él se percata del por qué de su pregunta.

Haymitch levanta la cabeza al tiempo que se limpia la boca con el antebrazo. Este divisa mi cara y dibuja una mueca de venganza en su cara al ver el vomitado que ha echado en la alfombra.

-Bueno preciosa, ha sido sin querer.- Dice con un poco de diversión.

-Ohhh Haymitc, claro que ha sido sin querer.-Añado-Pero el que lo va a limpiar vas a ser tu.

Contesto a sus palabras y me encamino a la cocina con el cubo en la mano. Lleno el cubo de agua y cojo un trapo de la encimera y me vuelvo a Haymitc y Peeta.

-Aquí lo tienes Haymitc.

Él me mira, suelta una pequeña risa, se levanta y se dirige a la cocina, hacia mí  y arranca de mis manos en el cubo y el trapo. Parte hacia el salón de nuevo y comienza a limpiar su vomitado.

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Ya es la hora de la cena, y Peeta y yo nos encontramos solos en nuestra casa, sin Haymitch, ya que había acabado de limpiar hace dos horas o un poco más, pero tardo en limpiar el vomitado porque después de unos minutos limpiando vomitó de nuevo, asique tubo que limpiar doble vomitado suyo. Se lo merece, por ser tan borracho.

Peeta está preparando la cena, que consta de carne y una ensalada. Comemos ligero porque hace mucho calor. Tras comer subimos la habitación. Peeta se da una  ducha fría para calmar sus pocas nauseas, provocadas por los vomitados de Haymitch.

Estoy mirando el cielo desde la ventana de mi cuarto, cuando siento unos brazos musculosos y fríos rodear mi cintura y apoyar su cabeza en uno de mis hombros. Posteriormente, voy notando cosquillas en cuello elaboradas por los besos de Peeta encaminándose hacia mi mejilla. En ese instante, me vuelve hacia él y de repente mis labios chocan con los suyos provocando un beso largo y profundo, mis brazos  rodean su cuello y él me levanta y me lleva a la cama.

Estoy encima de él, sentada en su cintura. Nos miramos fijamente el uno al otro y yo le asiento.  Luego Peeta y yo tuvimos una de nuestras mejores noches.

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Veo a mi hermana Prim y  Rue jugando en el campo, posteriormente visualiza de nuevo la muerte de Rue, la intento ayudar pero no puedo, empiezo a gritar y llorar y a continuación de eso, todo el campo donde se encontraban mi hermana y Rue muerta empieza a arder y envuelve a mi hermana en llamas como en su muerte, en ese momento la empiezo a llamarla descontroladamente, siento como si alguien me ajitara y  me llamara, en ese instante me despierto sudada y llorando abrazada por Peeta.

-Ya pasó, solo era una pesadilla Katniss.-Me susurraba al oído.

-Estaba Rue y mi hermana jugando, y… y…

No puedo seguir relatándole la historia, asique lo único que hago es abrazarme más fuerte a Peeta, como si pareciese que le iba a perder de un momento a otro. Después de media hora o más abrazados Peeta me susurra:

 -¿Vamos a dormir?

Yo asiento. Nos tumbamos los dos, mirándonos el uno al otro, y yo apoyo mi cabeza en se pecho, debajo de su cuello. Peeta al darse cuenta de eso, me abraza,  me da un beso en mi cabello y enseguida nos dormimos.

Los Juegos del Hambre:La vida tras el SinsajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora