No quería salir de casa, la carta me había dejado totalmente perturbada, estaba lista para salir, de hecho hasta había desayunado, pero no podía. Finalmente me armé de valor, tome mi mochila y salí con rapidez de casa, a paso apresurado, sintiendo como me observaban. Empecé a correr por las calles, tenía demasiado miedo, hasta que al fin llegué al colegio, justo habían tocado el timbre para entrar. Entré a mi salón, me tocaba con la señora de química, me senté en mi respectivo asiento totalmente agitada y saqué mis útiles.
En las dos horas de clase que hubieron no presté ni un poco de atención, estuve pensando todo el rato en esas iniciales. Quería meter en mi cabeza que era una broma, ¿pero quién haría una broma así?
Una voz interrumpió mis pensamientos, era el chico que ayer me había gritado.
-¿En qué piensas tanto? -Preguntó mientras se sentaba en una de las mesas.
-Nada importante, tuve algunos problemas, es todo.
-¿Problemas con algún acosador? -Dijo e inmediatamente me levanté de mi asiento para acercarme a él.
-¿Tú qué sabes? ¿Sabes quién me está haciendo bromas?
-Dudo que sean bromas. -Dijo sonriente.
Lo miré con pánico, mis ojos se cristalizaron y partí corriendo al baño. Mojé un poco mi cara para que las lágrimas pasaran totalmente desapercibidas, amarré mi cabello en una coleta y suspiré. Me daba tristeza que más personas supieran que me estaban jugando una broma y ni siquiera me dijeran de que se trataba.
Salí del baño intentando hacer como que nada pasó, me dirigí nuevamente al salón y ahí estaba aquél chico.
-¿Cuál es tu nombre?
-Hey preciosa, más lento, invítame un trago primero. -Susurró burlesco.
-No estoy bromeando.
-Veo que no pones atención cuando el profesor pasa la lista.
-Me concentro más en la materia. Dime tu nombre.
-Ya que insistes, es Ben, Benjamín Bruce. ¿Deseas mi número de teléfono también?
-Tú sabes quien me está jugando una broma, vamos, escupelo.
-No lo dije en serio, lamento haber adivinado tu extraño caso de «acoso».
Justo en ese instante el timbre sonó para que siguieran las clases, Benjamín me guiñó un ojo mientras sonreía y fue a sentarse, lo mismo hice yo, ahora comenzaba la clase de matemáticas.
Y finalmente terminó el día en el colegio, Ashley por suerte esta vez se iba conmigo, así que no tenía problema alguno, él al menos me hace sentir segura. Cuando llegamos a mi casa nos despedimos y sonriente entré, estaba feliz de caminar con alguien sintiéndome segura. Subí las escaleras mientras desabrochaba los botones de mi blusa y bailaba cualquier estupidez, y así seguí hasta llegar a mi habitación, donde se encontraba un chico de unos 23 años aproximadamente. Quedé pálida, no respiraba, no reaccionaba y por instinto comencé a caminar hacía atrás.
-Que buena bienvenida me acabas de dar. -Susurró aquel hombre extraño.
-¿C-cómo conseguiste entrar? -Pregunté temblorosa.
Él en un movimiento sumamente rápido me agarró de la cintura y me lanzó a la cama para después cerrar la puerta de mi habitación con pestillo, quedándonos ambos solos y encerrados en mi cuarto. Yo sólo lo miraba con miedo, y empecé a llorar mientras con mis brazos abrazaba mis piernas. Él se acercó a mí, tomó mi rostro entre sus manos y besó mi nariz.
-No llores, preciosa. Esto no es lo que yo quería.
Mis sollozos cesaron, comencé a verlo detenidamente, era precioso este hombre, no parecía un acosador, era literalmente perfecto. Pálido como la nieve, ojos azules como el mar, y su pelo corto negro cayendo por su frente. Era un dios griego. Cuando comenzaba a ver todo lo lindo de él vi un cuchillo en el bolsillo de su pantalón, y tenía sangre, ahí caí en cuenta de que su playera negra también tenía sangre pero pasaba disimulada. Con mis manos tape mi rostro queriendo alejarme de él.
-Está bien, no me dejas otra opción. -Cuando quité mis manos de mi rostro para ver qué hacía noté un paño con cloroformo, quería ponerme a correr, pero fue demasiado tarde.- Dulces sueños, bonita.
Desperté en mi cama, ya era de noche, estaba con mi pijama puesto. ¿Aquél asesino acosador me habrá vestido? ¿Me vio semi desnuda?
Cuando se me pasó eso por la cabeza rápidamente mis mejillas se sonrojaron, comencé a mirar por toda mi habitación y no había nadie, él ya se había ido. Saqué mi móvil y tenía varios mensajes, pero de números desconocidos.{Número desconocido}
—Estás tan jodidamente buena.{Número desconocido}
—Eres tan dormilona, no pensé que el cloroformo te afectara tanto.{Número desconocido}
—Por mí ya te habría follado, me encantaría sentir lo estrecha que estás, pero algo deseo de ti, más que tu cuerpo.{Número desconocido}
—Puedo notar que ya viste todos mis mensajes, te ves tierna pero al mismo tiempo sexy en esa pijama. Pronto nos veremos.Sabía que era el acosador, pero al menos ya no me causa tanto terror como antes, o eso creo...
{Ciara}
—Por favor déjame en paz, realmente me haces sentir mal.{Ciara}
—¿Cómo conseguiste mi número?
Visto a las 23:45 pm{Ciara}
—Responde, maldito.{Número desconocido}
—Tengo mis contactos.{Ciara}
—¿Cuál es tu nombre?{Número desconocido}
—Es privado.{Número desconocido}
—Sólo lo obtendrás si consigo confiar en ti.{Ciara}
—Já, entonces nunca.
Buenas noches asesino.
Visto a las 23:57 pm.
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asesino; andy biersack.
Fanfic¿Qué tan inocente hay qué ser cómo para enamorarse de un ser enfermo?