El amor es blanco y negro.

El amor es blanco y negro. Capitulo 3.

Precaución, novela interracial con bastante erotismo explicito.

Capitulo 3:

Levanto a Monica del suelo en vilo, tomándola de la cintura. Su falda larga y holgada se le sube descubriendo sus piernas hasta los muslos rodeando mi cintura con las piernas. Rodea así mismo mi cuello con los brazos. Se prende de mi cuerpo firmemente. Sabe lo que sucederá si no me rechaza, pero parece aceptarme. No desea rechazarme, aunque tiene claro lo que pretendo hacerle. No se muestra temerosa. No veo dudas ensombreciendo su expresión anhelante. Yo suspiro de gusto, temblando de ansias sin intención de dejarla ir esta vez.

Camino con ella entre mis brazos. Abro la puerta derecha trasera del auto y entro en el interior del vehículo con Monica. Me siento en el asiento de tapiz de cuero negro y la acomodo encima de mis muslos. 

Apretando con los dedos sus nalgas la froto encima de mi bragueta que la buscaba moviéndose con voluntad propia. Ella parece encenderse sintiendo el calor y el palpitar de mi miembro erecto. Le desabrocho con pericia los botones de la blusa blanca manchando la tela con mis dedos sucios, pero a ella no parece importarle. Luego subo su brasier dejando expuestos sus preciosos senos. Ella rodea mi rostro con sus suaves y delicadas manos y se acerca para besarme. Mi vientre se retuerce de deseo. Mis latidos se desbocan de emoción porque definitivamente desea que tengamos sexo. No le importa dónde se lo haga. Solo piensa en entregarse a mi. Me besa sedienta y hambrienta de pasión, como si se le fuera la vida en ello. Saborea y muerde mis labios. Su deseo tan intenso me anima y me hace sentir emocionado, contento y satisfecho. Realmente le gusto, de verdad me desea.

 Tras aferrarse a mi cuerpo y demostrarme tal nivel de pasión le creo a sus palabras. Quiere ser mi amante. Eso es evidente. No veo el temor que decía tener de ella y de mi debido a la atracción que sentimos. Una vez la abrace sus dudas se esfumaron. Realmente soy correspondido. Monica es mía.

Busco sentir sus senos debajo de mis palmas. Sus pezones se erectan aún mas bajo el yugo de mis caricias. La escucho gemir de placer mientras masajeo sus montes. Sus manos mientras tanto recorren mi piel. Viaja con sus manos por todo mi torso. Suspira de gusto recibiendo mis caricias y al sentir en sus palmas y en las yemas de sus dedos la humedad, la suavidad y el calor de mi piel, así mismo le excita sobremanera el movimiento de mis músculos tensos que sufren espasmos debido al tacto de sus manos. La siento vibrar y la escucho gemir de placer.

Rodea una vez mas mi cabeza con las manos y deja ir mi boca con los labios hinchados después de sus insistentes besos. Sosteniendo mi rostro con las manos va lamiendo con la punta de la lengua mi piel comenzando desde mi cuello hasta llegar al pecho. Succiona mis tetillas. Y les pasa a los pezones masculinos la punta de la lengua. De pronto me comenta.

— Eres un chocolate delicioso Neel.

¡Ohhh Neel!. Neel, como he querido hacerte esto.

Me encanta el tono de tu piel. Y sabe deliciosa al gusto. Eres un bombón de chocolate salado. Quiero saborearte mucho mas.

— Adelante pequeña Monica. Soy todo tuyo. Tócame, acaríciame, bésame y saborea mi piel. Por favor continua con tu exploración. Tortura mis sentidos. Provócame mas. Invítame.

Ella no duda. Recibo sus caricias ávidas. Sus palabras me excitaron, alimentaron, y sanaron mi ego y mi orgullo herido. Los mismos que ella pisoteo meses atrás.

Busco su sexo y lo acaricio por encima de la tela de su braguita. Le retiro con los dedos la tela de encima de su sexo para poder estimular su clítoris húmedo. Adoro sentir en mis dedos la gelatinosa evidencia de su excitación. Estimulo su piel intima para lubricarla todavía mas. Debo dilatarla. Mi sangre ruge debido a su aroma. No puedo ir con mas calma aunque sé que es inexperta y mi tamaño es considerable. Me obligo a prepararla antes de poder continuar. Ella es sensible y receptiva, vibra debido a mis caricias intimas y mueve las caderas pidiéndome mas placer.