Viento

8 1 0
                                    

Sovey siguió apoyando su mirada en ella, ésta vez confuso por su comentario.

- ¿Quién...?
- Me puedes llamar Cynthia - cortando a Sovey con una sonrisa -. Bienvenido a tu hogar, Sovey.

Silencio.

Ambas miradas seguían entrelazándose.

Silencio constante.

"No puedo hablar, no me salen las palabras, ¿qué me pasa?" Sovey se encontraba inmóvil mantenimiento contacto visual con la chica cuando ella le agarró ambas manos, para simplemente, pasar más tiempo en silencio. Sovey se sentía feliz y cómodo en aquella situación, la cual genuina para él y por la sutileza de ella no parecía que para ella lo fuese.

-Te quiero- Dijo Cynthia con su cálida voz.

Cynthia tiró del brazo de Sovey mientras que se sentaba en uno de los bancos de la iglesia. Apoyó su cabeza en el hombro del joven, su mano en su pierna, y cerró los párpados haciendo que los de Sovey también se fuesen a dormir al instante.

|

Sovey se encontró tumbado y dolorido en un suelo frío, abrió los ojos angustiado al recordar lo ocurrido y los cerró inmediatamente al sólo disipar una luz blanca cegadora. Era más brillante que las baldosas del mercado reflectando los rayos del sol al mediodía, más brillante que que el horno de la panadería y tan blanca como las paredes de la iglesia de Viktór. Sintió una sombra cruzar por sus ojos, "no estoy solo" pensó. Entornó los ojos y otra sombra pasó por sus ojos que pudo reconocer fácilmente, eran palomas disfrutando de la cálida mañana en la iglesia agitando con alegría sus alas. Sovey se levantó del suelo para sentarse y así ir recuperando fuerzas para poder levantarse de su estado actual, le costó más de lo normal sentarse, "¿he subido de peso?" susurró.

- No te preocupes Sovey, no has subido de peso - Sovey brincó y retrocedió sentado unos pasos mientras que apoyaba las manos en el suelo para no caerse, era una voz conocida pero que no recordaba -. Tranquilo, tranquilo, no te fuerces demasiado, necesitas descansar un poco más para poder agitar tus alas, apenas sus plumas han salido.

Se encontró al fondo de la iglesia al lado de los portones. Asombrado por el comentario de Cynthia se llevó las manos a la espalda, pero antes de llegar se topó con otra parte de su cuerpo que no llegaba a distinguir. No sabía qué parte era y apenas podía activar los músculos de esa nueva espalda así que con sus manos la agarró y notó que era extremadamente suave. Giró la cabeza y consiguió ver unas alas blancas y elegantes como las palomas de la casa de Viktór.

- Ésas son tus alas Sovey - Cynthia se acercó a ellas y las acarició con suavidad, Sovey de verdad las sintió como si llevasen toda su vida ahí -. Con ellas podrás disfrutar de las mañanas desde lo alto del cielo y disfrutar de su cálida luz con la que Viktór te provee desde más cerca.

Sovey miró a su alrededor y seguía sin encontrar a nadie, estaban ellos dos sólos entre el mármol que les abrazaba pero lentamente empezaron a aparecer sombras e imágenes borrosas en los bancos de la iglesia que le hicieron sentir un ligero sentimiento de compañía.

Parecían personas pero no conseguía llegar a ninguna conclusión, por más que se esforzó, simplemente no podría pensar...

Durante más de diez segundos ningún pensamiento corría por su cabeza siendo sus ojos sus pensamientos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 24, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Huimos hacia la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora