Camino por las calles de Londres pensando en lo que acababa de pasar, debería sentirme feliz y orgulloso de mi mismo por obtener lo que siempre he anhelado tener, pero muy adentro siento que realmente no es la forma correcta de haberlo conseguido. Estaba siendo acomodado en ése lugar por mi padre, lo considero juego sucio el cuál termina siendo descubierto en cualquier momento y ahora me siento la peor persona del mundo al recordar las palabras "humildad y respeto" que tanto me enseñaba mi abuelo, realmente soy una basura. Y no, no había sido un día cualquiera, había perdido parte de mis valores tan bien conservados por un empleo.
La lluvia comienza a caer y no me dan ganas de salir corriendo para resguardarme de ella por lo que camino lento y mirando hacía el cielo, que de hecho se ve hermoso, las gotas son grandes y caen tan rápido que ya estoy empapado
Pienso en que lo mas correcto de todo esto seria renunciar, así no me sentiría culpable, después de todo a Nicholas le hace falta el trabajo más que a mi ya que él tiene una linda familia. Aunque a decir verdad Nicholas es una persona muy injusta, soberbia y prepotente por ésas razones también en partes sentía merecerlo más que él pero quien soy yo para juzgar la capacidad intelectual de cada uno?
Estoy a tres cuadras de la oficina, empapado y todo me hecho a correr de regreso decidido a retractarme de lo que había conseguido hace menos de cuarenta y cinco minutos. Ingreso y me encuentro a la recepcionista Clarisse que debe tener unos cuarenta y tres años, pero no se le nota, me gusta su vibra.
- Mr. Santoro, what do you need? From what I understand it would start on Monday, it has returned soon - me expecta con sorpresa en la mirada.
- If, in fact, that's what I want to talk to Jones about, is he in his office? I would like to be able to see it.
- Wait a minute, I'm going to inform him that you are here - en menos de dos minutos ya estaba de vuelta fuera de la oficina - You can now enter
- Thank you, so much! - expecto mientras me dirijo por el corto pero ancho pasillo.
Camino sin titubear, a paso decidido, dos toques a la puerta con mis nudillos…
- You may come in - se escucha desde el otro lado, aliso mi traje sin necesidad e ingreso - He is back, I am informed that he has a certain degree of responsibility but there is still time until Monday...
- The truth is that, although I may not believe it, I really don't deserve this job, I know that this opportunity is not given to just anyone and that I should be really grateful for having chosen me and clearly I am, not that I am not but I am. No is for me. I'm sorry for lost your time...
Solo bajó su mirada al suelo, mantuve la mia fija en sus expresiones, logre ver que no estaba sorprendido, pero mostraba una pizca de decepción entre sus ojos y la comisura de los labios.
- I guess I can't keep you, I hired you because you are very committed, you have good references and, come on, you are the son of an old friend, you have my confidence but I appreciate your responsibility to inform me about your decision in this short period of time... - hace una pausa y vuelve a bajar la mirada mientras sonríe - Nicholas will be the lucky one today then.
- Yes, in fact, he deserves this opportunity more than me and he will surely appreciate it much better. Thank you very much for your attention, I am returning home today, the apartment will be ready this afternoon.
- When you want to come back to visit, just let us know and we'll be waiting. Greetings to your father. - Con eso concluyó la conversación.
Al principio pensé que iba a ser mas complicado pero el que haya estado seguro de mis palabras parece que me lo ha dejado un poco más fácil. Nos despedimos con un buen apretón de manos y por primera vez en mi vida estaba seguro que había hecho algo bien y por mi cuenta, obviamente no pensando en la charla que ibamos a tener con mi padre cuando llegara a casa considerando que siempre había querido que yo estuviera involucrado en uno de sus cambios de culturas, Jace, el hijo de Jones había estado con nosotros un tiempo conociendo un poco más el negocio familiar del cúal intentaba independizarme, pero ésa es historia para otro día.
Salgo por última vez de ése enorme edifició dando una gran bocanada de aire, realmente me sentía aliviado. A la vez me doy cuenta que había dejado de llover torrencialmente y por lo lejos se percibía un arcoiris con principío pero no se lograba ver el final, supongo que ésa sería la señal para el camino de regreso a casa.
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SANTORO'S
Short StoryTodo comenzó un 24 de abril, un día cualquiera o hasta diría que un día más. Tiempo en cuando el físico importaba más que los sentimientos. El orgullo era mas valioso que unas simples palabras como "Me equivoqué, lo siento". Cuando los abusos eran v...