Parte 1

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Los edificios estaban derrumbados, las calles polvorientas y el cielo gris.

Habían cadáveres por todas partes, la mayoría estaban escondidos por unas mantas marrones.

Entonces le vi, ya no tenía brazos y le faltaba el ojo derecho, pero seguía siendo mi padre. Corrí hacía él pero una enorme brecha nos separó y entonces caí.

Y desperté.

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