poco tiempo

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El humo que desprendía aquel cigarrillo quedaba impregnado a sus alborotados cabellos dorados, pero el aroma de aquel chico que ella tanto amaba seguía atormentándola quedándose en sus prendas e inundando los pasillos de su casa. Las promesas que se hicieron el uno al otro hacían eco en ese cuarto vacío y retumban en su mente. Era lo único que se podía oír, junto a sus lamentos. Las lágrimas volvieron a amenazar en salir de esos ojos tristes, como lo han hecho durante estos últimos meses, durante una vida entera. Y mil lágrimas cayeron al compás de su corazón.

La voz de la rubia se rompía cada vez que intentaba hablar, por eso prefería no hablar. Todo su mundo se tornó gris, el día que murió Kurt una parte de ella se fue con él. Ella odiaba el olor que dejaba el humo en ella porque le hacía recordar a Kurt, aunque todo le gritaba el nombre del rubio; hasta el lado frío de su cama por las mañanas.

El humo entraba por su boca, pasaba por su tráquea hasta llegar a sus pulmones. Ella sabía muy bien lo que eso podría provocar, pero no le importaba, total todos vamos a morir algún día, pero nadie espera con tantas ansias ese día como lo hace Courtney. Mientras tanto, otra sustancia recorría las venas de la joven como el humo por su tráquea. Escuchaba susurros de Kurt entre esas cuatro paredes, arrastrándola a un mundo donde era consumida por el miedo.

Los últimos meses se estaban volviendo fríos y grises ─y eso que no estaban en invierno ni otoño─, el mundo extrañaba a Kurt pero no tanto como ella. En las noches moría de frío y no le daba importancia a los sonidos que emitía su estómago, gruñía por un trozo de comida como si de un león de circo se tratase; de un león enojado con sus domadores que es capaz de acabarlos en cuestión de segundos.

Estaba enojada, más que nunca. ¿Cómo era capaz de dejarla sola con Frances Bean? Courtney se preguntaba por qué repetidamente, toda su vida se basó de un constante por qué. Nunca en su vida había usado tanta heroína, ni había fumando tanto. Se quedaba dormida entre lágrimas, lágrimas que caían como cascadas por sus mejillas, siguiendo el recorrido de siempre.

Sus manos estaban calientes gracias a la taza de té que sostenía con éstas, su cigarrillo se había consumido ya. Su cuerpo estaba tibio gracias a esa pequeña "fuente de calor" que tenía, pero siempre prefirió los abrazos, siempre prefirió estar entre los brazos de Kurt.

Estaba cansada. No lograba reconciliar el sueño, y cuando lo hacía él invadía su pequeño momento de paz que tenía por las noches. Al despertar, todo estaba cubierto por un manto de oscuridad absoluta y el silencio rompía sus tímpanos. Solo quería despertar y tener a Kurt a su lado, acariciar su rostro y vivir en una casa en el campo con Frances; todos esos planes se fueron a la basura. Estaba atrapada en un infierno y cada vez que intentaba escalar sus ardientes muros caía cada vez más abajo.

Courtney estaba harta de todos, le echaban la culpa de todo lo que ha ocurrido con Kurt y su banda. "¿Tú mataste a Kurt?" "¿Cuánto te costó?" "¿Realmente lo amabas?" ¡Ella era capaz de hacer cualquier cosa por su esposo! ¿Cuántas veces ella lo ha salvado de él mismo? ¿cuántas veces creen que ella lo ha encontrado metido en el armario con jeringas cargadas de heroína y agujas clavadas en su piel? Ella hizo todo por él, hizo todo lo que pudo pero estaba asustada ¿no deberían estar agradecidos? Pero ahora tenía que pensar en Frances, en su futuro. La niña tiene que crecer feliz, aunque su infancia ya esté muerta.

Sus ojos, con un movimiento de cansancio, desviaron su mirada a la ventana, todo estaba oscuro, sin brillo. Lo único que iluminaba este asqueroso mundo era la luna, la fiel amiga de los poetas enamorados. Los ojos de la rubia estaban tan rojos y cansados que mínimo rayo de luz haría que se cerraran con molestia. Miraba al cielo y buscaba una respuesta a todos sus miedos, ¿por qué todos la dejaban sola? Tenía miedo, miedo de que un día despertase y que todo el mundo se haya ido, dejándola sumergida en un océano con bolsas llenas de rocas atadas a sus tobillos.

Estaba sola en este retorcido mundo. Tenía que cuidar a Frances sola, tenía que hacer todo sola. Ahora tenía que armarse de valor y batallar, batallar como siempre lo ha hecho y lo seguirá haciendo. Desde que Kurt murió, Courtney no dejaba de ver sus fotos; era lo único que quedaba, junto a los recuerdos, en una caja insignificante. Recordaba el momento exacto de cada fotografía.

"Kurt sonriendo, Kurt serio, Kurt tocando la guitarra, Kurt tirado en la cama, Kurt con Frances, Kurt besando a Courtney"

Tantos recuerdos para tan poco tiempo...

N/A.

Sé que Courtney es muy odiada, y sé que últimamente ha estado metida en problemas y ha dicho declaraciones algo controversiales, pero esta historia la tengo que borradores desde el 2018 y la he editado demasiado como para no subirla. Gracias por leer y por favor no tiren hate <3.

PD. Si, es algo cursi/diu todo lo que escribí, pero algunas partes me gustaron perdón si es todo tan repetitivo.

letter to god ;; courtney & kurt | CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora