Confusión

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Ingredientes:

-Coclearia
-Ligústico
-Tármica...

Un momento.

¿Qué es ligústico?

Neville observó con atención las plantas sobre la mesa, habían cinco tipos distintos y no tenía idea de a cuál se refería el libro. Herbología era una materia que disfrutaba y siempre prestaba atención, pero a veces creía que Snape escogía a propósito pociones que incluían plantas que la profesora Sprout aun no les enseñaba.

Bueno ¿Cuál era el siguiente? Tármica... ¿Eso siquiera era una planta?

—Profesor Snape—un alumno de último año de Slytherin se presentó en la puerta luciendo agitado—. Tiene que venir, es urgente.

El profesor entrecerró los ojos claramente fastidiado, sin embargo pareció recordar que no podía dejar de lado sus deberes como maestro y tampoco agredir verbalmente a los estudiantes.—Bien—dijo como toda respuesta y se giró a la clase—Regresaré antes de que suene el timbre, y cuando vuelva espero encontrar todo...—por alguna razón, Snape fijó su mirada en Neville—en óptimas condiciones—diciendo esto se marchó sacudiendo su capa en una salida dramática como solo él solía hacerlo.

Bien, eso le quitaba un peso de encima, ahora quizá sin la escudriñadora mirada de Snape podría...

—Cállate Malfoy.

—Yo solo trato de evitar que nos mates a todos ¿Cómo se te ocurre colocar primero la coclearia? ¿Qué no sabes la reacción que provoca con el ajenjo si no está el ligústico como intermediario?

Neville, lentamente, apartó su mano (que sostenía la coclearia) de la superficie del caldero.

—Y tú no deberías ser tan entrometido, ocúpate de tu poción y no molestes.

—Me sorprende que aun con tu amiga sangre sucia no seas capaz de hacer una poción decen...

— ¡Cierra la boca, Malfoy!

Draco, quien estaba a solo dos puestos de Harry, sonrió petulante y dejó de lado sus cosas— ¿Y si no qué?

Para Neville todo fue en cámara lenta: Harry lanzándose encima de Draco y Hermione tratando de retener a Ron para que no se les uniera. Pronto los dos chicos estaban rodando por el suelo dándose golpes sin cesar y sin siquiera emplear una pizca de magia. Parecía que Harry iba ganando hasta que Malfoy movió bruscamente su rodilla para dejarlo sin aire.

— ¡Harry!—exclamó queriendo ayudar a su compañero de Gryffindor, pero en cuanto se dirigió al centro del salón para detenerlos, sintió como su pie se enredaba en su túnica y caía directo al piso; por eso, en un último intento de salvación, se agarró de su mesa pero no logró más que arrastrar el trozo de madera consigo, ocasionando que su caldero y lo que contenía saliera volando por los aires directo a las cabezas de los enemigos predilectos de Hogwarts.

Todos en el salón quedaron en silenció cuando el sonido del cobre resonando contra el piso fue lo único que se escuchó.

La clase entera estaba inmersa en el escenario: Harry Potter y Draco Malfoy bañados en una sustancia tan traslúcida como el agua, ambos mirándose confundidos por varios segundos hasta que de a poco empezaron a acercar sus cabezas...

— ¡Oh, por las barbas de Merlín!

Neville no supo quien había gritado, ni si el sonido seco que escuchó detrás suyo era de alguien que se golpeó al desmayarse, solo sabía que lo que estaban presenciando sus incrédulos ojos era la cosa más surrealista que podría ocurrir, aún en el mundo mágico.

Harry y Draco se estaban besando.

¡Por los calzones de la abuela! ¡Harry Potter y Draco Malfoy se estaban besando!

¡Y por Morgana! ¿Eso que vio asomarse era una lengua?

— ¡¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?!—la estridente voz de Snape fue lo suficientemente atronadora como para que todos saliesen de su estado letárgico y comenzaran a gritar, silbar, e incluso a reír y llorar por los acontecimientos recientes.

— ¡POTTER! ¡MALFOY! ¡SEPÁRENCE!—gritó una vez más el maestro de pociones, sin embargo, ambos chicos parecían seguir envueltos en su propio mundo, un mundo lleno de besos con lengua y caricias que cada vez bajaban más y más...

— ¡Harry!—Ron se quiso acercar para dar fin a la horrible "tortura" de su amigo, pero la penetrante mirada de Snape y el timbre que daba por finalizada la clase, lo detuvieron.

— ¡LA CLASE TERMINÓ! ¡TODOS, LÁRGUENSE!—gritó el profesor furioso, por lo que, queriendo evitar problemas, Neville fue uno de los primeros en salir.

Y dando un último vistazo a la pareja que parecía devorarse con más ímpetu que antes, se alejó por los pasillos pensando en lo curiosa que era la reacción de ajenjo con agua, aunque no estaba tan seguro haber colocado el ajenjo.

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Espero les haya gustado este pequeño Drarry, personalmente me gustó escribir desde la perspectiva de Neville.

Gracias por leer y si gustan, dejar sus opiniones, yo soy feliz con cualquier cosilla.

Bye (^-^)y

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