cap 1 - Poder resistirse a la lluvia

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Hola mis queridos lectores!!!

He vuelto con una nueva historia!!! Es un Tougaxkagome y un ligero, muy ligero Sesshome😉

Disclaimer: los personajes de Inu-baka no me pertenecen, pertenece a su respectiva creadora Rumiko-sama.

( cambios
—        de
  escenas )













La batalla había sido sin duda brutal. Se podían ver cuerpos por aquí y por allá, llenos la sangre, y barro producto de la inmensa lluvia.
Los dos seres que aun permanecían de pie en el campo de batalla se miraban a una distancia prudente, se miraban con determinación, mas no con odio.

La hermosa mujer de cabellos como la noche y ojos como el cielo, se abalanzo contra aquel ser de cabellos plateados y ojos como la miel, una miel congelada. Este apenas y pudo esquivar la filosa espada, que desprendía una energía violeta. El yokai contraataco con su látigo venenoso, el cual apenas y roso el brazo de la mujer.

La mujer saltó hacia a atrás, y el yokai la imitó. Volvieron a como estaban antes; a una distancia prudente. Los dos estaban jadeando, realmente se veían cansados, pero nada los detenía, ni siquiera aquella lluvia que se hacia cada vez mas y mas fuerte.

–... nunca... nunca nadie había podido hacerme frente en una batalla. – la voz de la mujer era suave y peligrosamente dulce.

– he de decir lo mismo...miko. – sonrió de lado al ver la molestia que causaron sus palabras.

– tengo nombre...yokai. –

– ¿y cuál es? MI-KO. –

– que descortés de tu parte, se supone que primero debes decir tu nombre. –

– hump...Sesshomaru, Taisho Sesshomaru. –

– mucho gusto Sesshomaru-san. Yo soy Kagome Tsusei. – dijo antes de lanzarse al ataque. 







Frente a un gran árbol de sakura, se encontraba un Daiyokai. Él era Inu no Taisho, gobernante de todo Japón y el general perro mas poderoso de todos. Mejor conocido como Touga, que apesar de la lluvia permanecia admirando la hermosura de aquel arbol.

Él se dio la vuelta. Y se quedo viendo la parte trasera de su castillo, el palacio Imperial. Nada podía compararse con su palacio, todo, absolutamente todo estaba hecho de la mas fina plata.
Giró a su izquierda encontrando una pequeña casa, a comparación del gran palacio. Ahí era donde vivían sus concubinas. Todo, tanto la casa de las concubinas como el palacio Imperial tenia flores amarillas por doquier, lo único que resaltaba era ese gran árbol de sakura. 

– ¿qué te pasa Taisho? pareces distraído. – dijo burlonamente una hermosa yokai posicionándose a su lado. Quien cerró lo ojos dejando que aquella agua bendita la relajara.

– Irasue. – susurró sorprendido, no la sintió llegar.

– hump, admiras la choza de tus esclavas, oh, perdón tus concubinas – la ironía era visible en su voz.

– ¿celosa? – cuestionó burlón.

– ni en tus sueños, tu jamás podrás provocarme aquel sentimiento.

La yokai sonrió con altanería, y orgullosa se encamino hacia los adentros del palacio.

– ... pero  Ryūkotsusei si, ¿verdad?. –

La maldición de la perlaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora