Bro 1

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Todo había ido cuesta arriba para Annie desde que ocurrió el drama.

Bastian le pagaba la universidad, le daba alojamiento y la trataba como a otro de sus hijos, o incluso mejor que a ellos.

Se sentía en deuda, por lo tanto ella siempre trataba de no causar problemas, ayudar en casa y sacar buenas notas. Por ello cuando la universidad implementó una clase obligatoria para los omegas y opcional para las betas sobre 'cuidado del hogar' se forzó a tomarla sin soltar improperios ni tacharla de clasista y retrógrada.

Amablemente se sentaba al frente del salón y con mucha paciencia entablaba conversación con su compañera de pupitre. Astrid era una tierna omega que seguramente vivió toda su vida pensando que su principal meta era ser marcada por un alfa y tener todos los cachorritos que Dios le diera.

—¿Y qué me dices tú? Ya te he contado de mis posibles prospectos de pareja, pero aún no oigo nada de tus planes.

—¿Yo?—Cuestionó Annie más para sí misma, ¿quién iba a querer a una omega de mente abierta y sin una buena familia que le arreglara un matrimonio?—No es mi prioridad.

A la chica casi le da un infarto—¡¿Cómo?! Debería serlo, ya sabes que pasará si llegas a los 25 y aún no te haz emparejado.

—Sí, lo sé. El estado me obligará a ser marcada por un alfa elegido por ellos.

—No es tanto como una obligación, es más un deber.

La rubia rodó los ojos y prefirió concentrarse en la aburrida lectura que les habían otorgado sobre '¿Qué hacer cuando tu alfa llega cansado del trabajo?'.

Al llegar a casa se fue directo a su habitación y se dejó caer en su cama cansada. En días así, dónde le recuerdan lo insignificante que es ella para la sociedad, simpatiza más con su madre y su idea de buscar la libertad. ¿Cómo sería la vida en Australia? Se preguntó pero inmediatamente negó con la cabeza. La ideología de Annie no tiene lugar para huir, al contrario, ahora que ella está estudiando Derecho buscará lograr la igualdad de castas. Aunque no es algo que vaya a ser fácil, mientras tanto deberá aguantar un poco más este mundo tan reaccionario.

Comió acompañada de Mark y cuando en la noche llegó Bastian le preparó un té de arándanos. Así era la vida en la casa, cada quién estaba muy ocupado con sus asuntos que rara vez se reunían los cuatro a convivir. Su 'padre' trabajaba en su empresa todo el día buscando que siguiera siendo la empresa más rentable del estado, su 'hermano mayor' se la pasaba en la piscina entrenando para el nacional de natación y su 'hermano menor' se encerraba en su habitación para jugar videojuegos.

El día siguiente fue el inicio de la mayor de sus preocupaciones, cuando cansada de tanta presión mintió acerca de tener un alfa.

—Te lo digo Annie, no puedes pensar que podrás salir adelante sola—Astrid seguía hablando aunque desde hacía diez minutos Annie había dejado de responder—Si quieres te presento a mi hermano, acaba de cumplir los 23 y es un excelente prospecto y no lo digo porque sea mi familia...

—¡Basta!—Por fin se habían desesperado y vociferó demasiado alto, tanto que las compañeras a su alrededor la voltearon a ver extrañadas—Digo, no es por ser grosera pero...—La chica buscaba desesperada una excusa.

—No me digas que...¡Ya tienes un alfa!

—¡Sí, justamente eso!—Le siguió la corriente.

Daddy and brosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora