Bro 2

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—Pero padre, yo puedo cuidarme solo—Alegó Mark.

—Estás enfermo y ardiendo en fiebre—Contestó su padre mientras se acomodaba el abrigo.

—Yo soy el alfa, yo debería cuidar de ella y no al revés.

—Annie se ofreció amablemente a quedarse cuidándote mientras nosotros vamos a Dallas.

—Pero...

—Es mi última palabra Marcus, además técnicamente ella es mayor que tú.

El hijo menor se cruzó de brazos y subió a su habitación hecho una furia.

—Yo me haré cargo de él, vayan tranquilos—Se despidió Annie.

—Si necesitas algo llámame, normalmente sus celos no duran mucho.

Salieron por la enorme puerta y se subieron al costoso automóvil.

La omega cerró la puerta tras verlos partir y se dirigió a la cocina a preparase una merienda.

El olor a canela proveniente de su hermanastro llenaba la casa y le picaba la receptiva nariz. Annie prendió los sistemas de ventilación y echó aromatizante en la mayoría de las habitaciones.

Después de eso terminó de comer y preparó algo para llevarle a Mark.

Cubriéndose la nariz con su mano subió las escaleras y depositó la bandeja con comida fuera de la puerta marrón con un sticker de 'prohibido pasar'. Annie rodó los ojos divertida, Mark era prácticamente un adulto pero tenía algunas actitudes de niño pequeño.

Se dirigió a su habitación y activó el aire acondicionado. Para después sentarse en la mesa de trabajo y comenzar a hacer tarea.

Horas más tarde, a la chica le dió hambre y salió a conseguir un snack, al pasar frente a la puerta de su hermanastro notó que la bandeja de comida seguía justo donde la había dejado y que del cuarto salían gemidos de dolor.

—Mark, ¿estás bien?—Preocupada tocó la puerta con sus nudillos.

La respuesta fue un sollozo. Trató de girar la perilla pero tenía cerrojo, rápidamente fue por las llaves de repuesto y por fin abrió la puerta.

El penetrante olor a alfa la golpeó de lleno, por un momento se sintió mareada y tuvo que agarrarse de la pared. Trató de mantenerse serena y se sobrepuso a los primitivos impulsos.

Se dirigió a la cama donde lo único que vio fue a alguien hecho bolita tapado con cuatro cobijas. Lo zarandeó ligeramente para obtener su atención.

—Hey Mark, ¿te sientes bien?

El alfa negó con la cabeza volteándola a ver, tenía la cara roja y sudorosa. Su expresión reflejaba un profundo dolor. Involuntariamente Annie llevó su palma a la frente del chico y la sintió hervir.

—Diablos, estás ardiendo en fiebre.

Claro que los alfas en celo sufrían un ligero aumento en su temperatura corporal, pero esto excedía los límites de lo normal. Por lo que Annie sacó su teléfono y llamó a Bastian, pero fue directamente dirigida al buzón de voz.

Finalmente recurrió a lo que toda persona en juicio haría: buscar los síntomas en internet. Increíblemente lo encontró, le llaman el síndrome α-midcelo. Son una serie de síntomas que sufren 1 de cada 1000 alfas durante sus celos; se caracterizan por fiebre, escalofríos, dolor en la parte baja del abdomen y la liberación excesiva de feromonas.

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⏰ Última actualización: May 18, 2019 ⏰

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