Alice seguía en el suelo intentando respirar y cobrar la compostura, me sentí mal, me sentía más que mal, algo por dentro comenzó a dolerme, que era ese sentimiento, parecía remordimiento.
Quise ayudarla a levantarse, le extendi mi mano pero no la tomo. Puso sus manos en sus rodillas y se levantó sola y sin ayuda.
Dejé caer mi brazo y me pase mis dos manos por el pelo. Jamás había tenido tantos problemas siempre había estado todo tranquilo. Y ahora por salvar a esta humana divina, el vampiro con más experiencia me amenaza y mi mate se desaparece.
Los ojos cafés de Alice me miraron como si esperará a que dijera algo.
Comenzó a caminar hacia la salida, pasando delante de mi y dejando un rastro de olor de su shampoo, o más bien de nuestro shampoo, ya que se baño en nuestra regadera. La tome del codo atrayendola hacia a mi, la mire con seriedad, era tan baja que tenía que inclinar un poco mi cabeza para ver aquellos ojos sobre aquellas largas pestañas. Y ella, pues tenía que alzar su pequeña cabeza si me quería ver.
—¿Qué crees que estás haciendo?— le dije y se soltó de mi agarre como si tuviera miedo de que la tocará otra vez.
—Irme de aquí, si eres inteligente me dejaras ir. Los vampiros están locos por la sangre ahora imagínate con la sangre de una humana divina. Y solo se encuentra una humana y humano que sean divinos de sangre, por cada 50 años.
—Por eso mismo no te dejaré ir. Te quedas— le ordene comencé a caminar hacia la salida.
Pero tomo mi muñeca y me detuvo, nuestros ojos se encontraron, estaba sorprendida por mi decisión, pero como había dicho, las cosas por aquí estaban aburridas y con ella habían cambiado las cosas. Sería divertido tenerla por aqui.
—¿Qué? ¿Quieres morir acaso? Además no soy estúpida y no me quedaré aquí contigo casi me matas— sus ojos estaban abiertos como platos y su mano aflojo el agarre en mi muñeca. Era cierto casi la mataba, aunque estaba exagerando un poco, jamás mataría a una humana, pero tuve que hacerlo ya que comenzaba a estresarme y quería esa información ya.
—Me conviene que te quedes aqui, eres una humana debilucha si te atrapan los vampiros se harán más fuertes— me acerque a su rostro con una sonrisa falsa— y no quiero eso— me aleje de ella, y soltó mi muñeca y se cruzó de brazos.
—No puedes contarle a nadie, tus lobos querrán matarme.
—Mis lobos me obedecen, aquí no somos como los vampiros que matan por placer.
—No todos los vampiros son asi— claro habla de sus padres.
Se dejó caer en la cama y se pasó el cabello por la oreja, dándole una vista mejor a su cuello con cicatrices que ahora se veían menos, su cuello estaba rojo por la fuerza que use contra ella.
—Bien te diré que, te quedarás aqui, no dejaremos que se acerquen a ti, y a cambio intentaremos recuperar a tus padres.
Sus ojos me miraron con sorpresa.
En un momento la estaba axfisiando y ahora quería devolverle a sus padres que por cierto eran vampiros. ¿Qué sucedía conmigo? Pero no podía arriesgarme, está chica era un amuleto para los vampiros.
—¿Por que me estas ayudando?— pregunto con confusión.
—No te confundas, lo hago por la manada, no por ti. Pero si quieres que tus padres vuelvan, no te escapes.— puso sus ojos en blanco, y la dejé ahí sola sentada en la cama.
Antes de que me fuera me detuvo su voz una vez mas. —¿Y yo que hare aquí? ¿Me dejaras encerrada todo el tiempo?
Era un muy buena pregunta pero ya tenia la respuesta.
ESTÁS LEYENDO
Cuando te vi (#2 de LLA) PAUSADA
WerewolfSegundo Libro De La Serie Los Lobos Aman (no es necesario leer Los Lobos Aman) Tom Hills solo tenia unos cuantos planes dentro de su cabeza, Número Uno tener feliz a su padre, Número Dos casarse con su mate que se llama Sina y Número Tres eliminar...