Zek escuchó el murmullo de voces detrás de él, las personas siempre reaccionaban igual, todos eran jueces y verdugos, se imaginó con diversión lo que
harían si él dejara de ver los paquetes de carne de los refrigeradores y se girara
hacia ellas.
¡Boo!
¿Qué pensaban? ¿Qué les iba a robar sus carritos de compra?, nueva noticia,
estaban en un supermercado, aún no habían pagado nada, técnicamente eso no era robar.Zek sonrió chasqueando la lengua ante su nueva idea.
No lo malinterpreten, él comúnmente estaba en paz con todo, Zen y toda esa
mierda, pero odiaba a los prejuiciosos.
-Deberían de ser más cuidadosos con cierta clase de personas-, escuchó sisear a
una de las señoras, bien, bien, hora de la diversión.Se giró dejando dos paquetes de pechugas de pollo y miró su carrito, como si
analizara lo que hasta ahora había depositado dentro, después las enfocó, ellas se
petrificaron, ambas era mujeres alrededor de los cincuenta, él dio un paso y ellas tomaron aliento.Debería haber pensado que alguna de ellas podría tener una falla cardiaca y sufrir
un infarto,
las miró comprobando, no, estaban relativamente bien.Zek sonrió mientras avanzaba hasta estar al lado del carrito de señora número uno, había leche de soya, pan integral, envases de yogurt, ella no sabía nada de
la buena comida.Él avanzó mirando hacia el otro carrito, señora número dos era un poco más rápida, trato de mover el carrito y él lo sujetó con una mano, ella se quedó pasmada mirando los nudillos tatuados, Zek casi se arrepintió de llevar sudadera,
si ellas hubieran visto sus brazos esto sería mucho más divertido.
-Chocolate-, exclamó triunfal tomando el frasco de nutella.
-No...No... Eso...
Señora número dos parecía a punto de estallar de indignación pero al parecer no podía encontrar las palabras, él miró de nuevo el nutella y después a ambas.
-Voy a tomar esto.
Ellas abrieron más los ojos.
-¿No les molesta verdad?-, preguntó inclinando la cabeza hacia un lado.
Señora número uno negó con la cabeza rápidamente, señora número dos abrió la
boca.
Zek se inclinó hacia ella.
Ella comenzó a temblar.
Él se rió haciendo que ella tomara aliento dramáticamente. Dejó el nutella de nuevo en el carrito y dio media vuelta alzando su mano.Buenos días señoras-, murmuró tomando su carrito y avanzando hacia el pasillo
de las pastas.
No había nada como un poco de diversión matutina, sonrió cuando tomó el nutella
del estante, se le había vuelto antojo.Caminó hacia las cajas para pagar su compra, al pasar por el área de atención al cliente miró a señora número uno y señora número dos hablar airadamente con una empleada.
Zek bufó, llegó a una caja rápida y pronto estuvo fuera, caminando con dos bolsas
de artículos en cada mano.
Llegó hasta su jeep gris plateado todo terreno de segunda mano, el cristal le mostró la imagen que había causado tanta tensión en las señoras.
El cabello había sido recientemente teñido a un tono platinado, le gustaba el cambio, había querido combinar con su auto.
Era corto casi a ras en los lados y un tanto más largo al frente.
Se había estado dejando la barba desde hace una semana, su color castaño
contrastaba con su cabello teñido, tenía una perforación de la ceja derecha para
completar el cuadro, eso estaba ahora a simple vista, su sudadera, la que hubiera
deseado haber dejado en casa, escondía sus brazos y la longitud de sus tatuajes
que abarcaban toda su piel, desde los hombros hasta las muñecas. Y abdomen
Un jodido loco, le había dicho su padre una vez.Un loco condenadamente atractivo, había contestado Zek.
Quince minutos después estaba estacionando el jeep en su lugar habitual a un costado de la calle donde vivía. Sacó las bolsas y caminó silbando hasta su hogar,
dulce hogar.
En la contestadora parpadeaba el aviso de un nuevo mensaje, Zek sabía exactamente qué era lo que iba a escuchar, dio al botón de play y comenzó a sacar su compra.
-Zek, te lo estoy pidiendo como un maldito favor personal, ven a la cena, a Dallas le gustaría conocerte, está encantado con tu trabajo.
-Dallas solo quiere estar seguro que no diré a nadie que yo hago que sus canciones dejen de ser una porquería-, exclamó él mientras el mensaje
continuaba.
-Eres el mejor mezclador que tenemos, los clientes te piden, pero si quieres subir
necesitas socializar-, añadió Doc con voz afilada, Zek chasqueó la lengua, el mensaje terminó y él sacó de celular y marcó al jefe.
-¿Vendrás?-, preguntó Doc a modo de saludo, el tipo casi le caía mal a Zek, quizás al principio cuando había establecido el estudio de grabación, Doc amara la
música, ahora solo amaba los billetes.
-Nop, que te quede algo claro jefe, no me interesa subir, sabes que soy bueno y seguirás mandándome trabajo así que no veo la razón de discutir de nuevo, buen día.
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Mi Crazy(terminada)©
Short StoryA Zek la mayoría de la gente le teme. A Mica la mayoría de la gente no la toma en serio. A Zek le gusta que la gente piense lo peor de él. A Mica le gustaría que alguien pensara lo mejor de ella. A ambos les gusta "la locura". Derechos reservad...