Ya habían pasado algunos minutos desde que Zack había recibido mi último mensaje. Los minutos pasaban lentamente y en mi mente parecían ser horas. Me recosté un momento mientras aun sostenía mi teléfono, decidí ser cruel conmigo misma y entrar a la galería de fotos a observar todo lo que había pasado al lado de Zack pero cuando un nudo al fin se estaba formando en mi garganta pequeñas piedras empezaron a golpear mi ventana y supe que el momento había llegado.
Me levante de la cama con el poco coraje que me quedaba, abrí las puertas de mi armario en busca de alguna sudadera. Sabía que afuera no iba estar haciendo frió pero mi cuerpo trataba de retrasar lo inevitable. Abrí mi ventana completamente, empecé a cruzar mis piernas a través de la ventana mientras me sujetaba de la misma, cuando todo mi cuerpo estuvo fuera de mi habitación inicie a descender con cuidado utilizando las enredaderas que había en la pared como escaleras, cuando por fin estuve en suelo sólido y me di la vuelta para encontrarme con la cara de Zack, pude sentir como mi corazón comenzaba a encogerse cada vez más.
-Y bien señorita misterio ¿Qué era lo que querías decirme?- lucia tan alegre y lleno de vida que me daba miedo que mis duras palabras le arrebataran su sonrisa. Me sentía como el medico que tenía que decirle a la familia que lamentablemente su familiar había fallecido.
-Zack...yo...-cada palabra que salía de mi boca me dolía de peor manera -...Voy a mudarme- la noticia salió de mis labios como si hubiera estado conteniendo el aire por mucho tiempo y después lo soltara todo de un solo suspiro. Su expresión alegre cambio a una de confusión en solo cuestión de segundos, sus ojos se abrieron de tal forma que me parecía físicamente imposible.
-Estas bromeando ¿Cierto?- por lo visto al igual que yo, le costaba digerir una noticia tan inesperada. Quería contestarle que sí, que esto solo era una maldita broma, que la próxima semana iríamos juntos a la preparatoria al igual que todos los días desde hace 10 años, que la próxima semana lo invitaría a un comida familiar porque él ya era parte de mi familia, que ambos nos pondríamos a discutir por una estupidez, que mamá lo regañaría por no terminarse la comida, que papá seguiría preguntándole si en realidad era mi novio, que George lo retaría a jugar videojuegos y al final el perdería a propósito, que Cody lo convencería de escuchar uno de sus intentos de "discos" que había hecho con su banda, que nos veríamos en el club de periodismo como cada mes, que lo obligaría a ver alguna película romántica conmigo y al final los dos terminaríamos llorando a mares, que lo seguiría presionando para que se le declarara a Lindsay, que lo defendería cada vez que alguien lo molestara en la escuela, que él me protegería de los tipos extraños cada vez que saliéramos a pasear de noche, que le haría leer mis libros favoritos solo para tener a alguien con quien poder hablar de ellos, que almorzaríamos juntos, que si Lindsay le decía que no yo sería su pareja para el baile de graduación, que no importara lo que el mundo dijera porque yo me iba a quedar a su lado sin importar lo que pasara, que jamás lo abandonaría por mucho que me obligaran o me torturaran. Pero no era cierto. Yo me iba a mudar dentro de dos días. En verdad quería decirle todas esas cosas, preferiría que tuviera que pasar toda su vida engañado a que se tuviera que enfrentar a esta injusta verdad. Quería lanzarme a sus brazos para abrazarlo como nunca y decirle que ambos estábamos atrapados en una horrible pesadilla pero que pronto despertaríamos y todo volvería a la normalidad.
¿Cómo se puede continuar en la vida sin tu mejor amigo?
-No, Zack no es una broma-me interrumpió antes de que pudiera terminar mi frase.
-Porque si de verdad es una broma, déjame decirte que es una muy buena- su sonrisa volvió a aparecer en su rostro pero esa no era una sonrisa para nada normal y mucho menos honesta
-No, Zack de verdad yo..- nuevamente me interrumpió y esta vez su sonrisa comenzó a transformarse en una risa y poco a poco en una gran carcajada. Yo lo observaba de manera triste pero el miraba a todos lados que no fueran mi rostro.
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¡Extra! ¡Extra!
Ficção AdolescenteBeth Evans es una chica decidida que sabe exactamente lo que quiere en la vida, convertirse en la editora en jefe de uno de los diarios mas importantes de los Estados Unidos "The New York Times" y hará todo lo que este a su alcanze para lograrlo. S...