Drei

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Nuevas personas.

Me moví un poco en la cama y solté un gemido de dolor, en menos de un segundo dos brazos fuertes me estrecharon y un par de ojos azules me miraba con preocupación.

—¿Qué te duele? Dime, cariño.

Suspiré, no pude contener que una sonrisa saliese de mis labios.

—Estoy bien, es solo... tu sabes, lo de ayer. —me sonrojé y me cubrí el rostro con un almohadón. Oí una risa de parte de Louis y acarició mi pecho desnudo.

—Anda, nos despertarte justo a tiempo. Nos daremos una ducha para ir a la ciudad de Londres. 90 kilómetros no se recorren en un abrir y cerrar de ojos. —Besó mi marca aun fresca y solté un pequeño gemido, lo vi sonreír y rápidamente se metió al baño.

Me senté en la cama y tallé mis ojos para despejarme, oí el agua correr en la ducha. Me puse de pie y así desnudo fui hasta el baño.

—¿Te molestaría que me diera la ducha contigo? —pregunté desde la puerta. La cortina se abrió unos centímetros y una mano con jabón salió incitándome a entrar.

Solté una risita y camine hasta la ducha.

—E-está fría. —Jadee.

—Sí, tenía que bajar la erección que me provocaste con tu pequeño gemido. —Se rió y tomó un poco de champú en su mano y comenzó a dar masaje en mi cabello.

A tientas tomé el jabón, me di la vuelta para quedar frente a él y pasé el jabón por su abdomen plano y el sonrió.

Diez minutos después ya estábamos fuera del baño, busqué algo de ropa. Un traje azul marino me cambié rápidamente y Louis entró a la habitación.

—¿Estas... lo estas. —Sonrió y asentí.

—¿Me veo bien? —Le pregunté.

—Precioso, ahora vamos a desayunar rápido, es un camino largo.

Después de desayunar nos despedimos de Alice y subimos al auto de Louis.

Hablamos un poco de nosotros, tratando de conocernos más.

—¿Por qué decidiste ser soldado? —le pregunte acomodándome mejor en el asiento.

—Bueno, me gusta salvar vidas de alguna forma. —Sonrió. —No podía ser doctor, me gusta moverme, además que defiendo a mi país y creo hacerlo bien, o al menos por eso soy coronel ahora.

Sonreí con orgullo. —Me da demasiado orgullo ser tu omega, nunca te he visto en acción, pero creo en que eres muy bueno.

Louis coloco su mano en mi hombro y le dio un ligero apretón.

Cuando llegamos a la ciudad, había demasiado bullicio y personas en las calles, era algo muy diferente a Holmes Chapel u Oxford. Louis bajó del auto y abrió mi puerta tendiéndome su mano.

Antes de caminar aliso su traje rojo de gala, se veía realmente atractivo.

—Camina al lado derecho mío y no te separes, Harry. —me sonrió cálidamente.

Lo seguí, al llegar a la entrada varios soldados lo saludaron. Louis me tendió la mano para que entrara con él, era un salón de eventos, repleto de soldados y de altos rangos militares, sus acompañantes eran si se podía decir a simple vista todas mujeres.

Tragué saliva nervioso. ¿Acaso yo era el único omega hombre?

—Ven, cariño. —Louis me llevó hasta una mesa y me hizo sentar con varias omegas y... ¡Un chico! ¡Un omega! Suspiré un poco aliviado. —Te quedaras aquí un momento, yo tengo que estar con los militares, ¿de acuerdo? —acarició mi mano y asentí.

Collapsed. || Larry Stylinson/ OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora