Capítulo 4

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-Narrado por Niall-

Mi corazón se detuvo…. ¿En serio no me recordaba? ¿Qué clase de síntoma era este? Me sentía como competo desconocido frente a ella, bueno, en realidad lo era.

Por alguna razón, yo pensaba que esto se calmaría después, pensé que quizá era por el momento. Pero obviamente me equivoqué. Pues, ya han pasado tres semanas y aun no sabe quién diablos soy.

Después de cuatro días de despertar, le dieron el alta, diciéndole que sería mejor que este con algún familiar por algún tiempo, por lo cual, se hospedo en un hotel con Liam.

Y lo que más de duele en este momento, es que ni siquiera quiere verme en fotos. No es que me odie, pero dice le doy una clase de temor que no puede explicar, ¿Tendrá que ver ese ‘temor’ con el amor?

Chiara cree que sí, pero su confusión se lo complica. ¿Es que solo a mí me puede pasar esta clase de cosas? Me siento cansado, irritado y sobre todo desesperado. Es como si todo esto fuera solo un sueño, donde no puedo despertar ni siquiera con un balde de agua.

Sin embargo, me tomé el día para poder caminar por una calle aislada, así puedo calmarme un poco, por más que no sea posible.

Veo un bar pequeño con unas luces encendidas y como es lo único iluminado por la noche, me dispongo a entrar.

Me siento en la barra y un señor de unos treinta años se acerca a mí.

-¿Qué va a tomar, joven?-me pregunta con voz ronca.

-Lo más fuerte que tenga-respondo de la misma manera.

El grandulón sonríe y me entrega una botella que tiene debajo de la mesa. El líquido demuestra un color azul marino con un toque violeta. No sé que demonios es, pero igual me lo trago, sintiendo como el ardor pasa por mi garganta y hace que apriete los ojos con fuerza.

Y así estuve toda la noche, inconsciente y tomando como jamás lo había hecho, reclamando mi dolor al señor de la barra y recibiendo supongo que consejos, sin embargo, no lo escucho. Estoy tan jodidamente ebrio que solo puedo mantenerme despierto.

Son las una y media pasadas de la mañana. Yo aún sigo aquí, pero no tomo como lo hice hace una hora antes, el tipo dijo que ya era demasiado para un joven como yo.

Mayormente personas que entran a este bar son de veintinueve años para delante, y yo apenas tengo veintiuno. Yo maldigo por eso, pero no quiero discutir, la cabeza me duele y la garganta me estruje.

Siento algo que vibra en mi pantalón, levanto mi rostro de la madera y con debilidad contesto.

- ¿Hola?

-¡NIALL! ¿DÓNDE DIABLOS ESTÁS?-grita mi hermana con su voz chillona que no ayuda para nada con mis dolores.

-En un lugar-contesto débil.

-¿Estas ebrio? Son casi la dos de la madrugada y ¿tú estás tomado?-suspira-dime en que bar estás, iré a buscarte.

-No hace falta, me iré dentro de un rato, tengo mi auto.

-JA-JA-ríe sarcásticamente-Ni loca me dejo allí con ese estado. Dime dónde estás y punto.

Tengo mis ojos muy cansados para discutir, por eso le digo el nombre del bar y en donde se encuentra.

-Bien, espérame ahí, no te muevas.

Corta y pongo mi teléfono de vuelta en mi pantalón.

-Niño bonito, tengo que cerrar el bar-me informa el tipo con grandes músculos- si no te has dado cuenta todos se han ido y tú eres el único que sigue aquí. Así que esperas a alguien, espéralo a fuera.

Tras esa obligación, no me queda otra que hacer caso. Con el poco equilibrio que tengo, me levanto y me siento en la vereda que se encuentra afuera.

No estamos en una época donde hace mucho frío, pero el viento de esta noche me congela hasta los dedos del pie.

Sin embargo, me quedo más aliviado cuando veo el auto color negro de Chiara estacionar sobre el frente.

Se baja con sus típicos tacones y suspira al verme en este estado. Me toma de los brazos y me mete en la parte de atrás del coche.

-Narrador omnisciente –

Al llegar a la casa de Niall, Chiara sube las escaleras junto a él, llevándolo a su habitación.

Lo obliga a sentarse en su cama y prende la calefacción.

-Demonios Niall, mírate, estás destruido-reconoce la rubia-te traeré un un café.

-No quiero...-dice apenas.

-Pero necesitas…

-No-interrumpe-lo único que quiero en este momento es que _______ me recuerde. Pasaron tres malditas semanas y aun así me ve como un bicho ¿Por qué soy una desafortunado? Jamás me pasó algo así, y justo cuando le iba a ofrecer mi vida junta la de ella, tenía que olvidarse de todo… ¡Jesús, esto es una mierda!

Chiara mira a su hermano con pena, ella sabe muy bien que tiene razón. Por más que lo esté diciendo ebrio, siente exactamente lo mismo, tal vez no como lo siente Niall, pero aun así llora por eso cada noche. Porque en solo pensar que quizá nunca vuelva a recordar algo, es como quitar una parte de su alma.

Sin embargo, cuando el sol vuelve a salir, a eso de las doce del medio día, el teléfono comienza a sonar.

Chiara está recostada al lado de su hermano y como ve que este jamás contestará, lo hace por él.

-¿Sí?-pregunta aun dormida.

-Hola Chiara, lamento despertarte, pero necesito hablar con Niall ¿ él sigue durmiendo? 

-Hum…sí, Liam.

-¿Crees que sea molestia si lo despiertas?

-No lo sé, ¿es tan urgente lo que le tienes que decir?

-Algo así….-contesta el castaño.

-De acuerdo-suspira.

La rubia toca suavemente el hombro de su hermano, tratando de despertarlo. Cuando lo logra, le avisa que tiene una llamada. Él, aun con la cabeza adolorida, lo toma y contesta.

-¿Qué pasa?-le pregunta a Liam.

-Necesito que vengas al hotel, tengo que decirte algo.

-¿Qué pasó? ¿_______ está bien?-se levanta de la cama.

-Sí, ella está bien…pero necesito contarte esto, por favor ven.

-Dímelo ahora, no puedo esperar tanto.

-Es que…-suspira- Demonios Niall, esto es horrible pero _______ conoció a un muchacho en el parque….

Remember Me [Niall Horan].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora