Las leyendas nos hablan de caballeros de armaduras brillantes, caballos poderosos, espadas capaces de acabar con centenares de enemigos, de personajes imponentes que al verles sabías que estarías protegido. Se nos habla de héroes que vivían por el bien de su patria y la salvación de sus habitantes.
Pocas leyendas hablan del caballero que después de una batalla tenía que sanar sus heridas, que dejaba descansar a su fiel compañero y que agradecía al cielo por un día más; de esos que una batalla ganada, le aseguraba su camino de regreso, que lloraban porque deseaban estar en casa y compartir la cena con su familia, de aquellos que daban toda su fuerza, por volver con el amor de su vida.
Del caballero de la fuerza de 10 hombres se seguirán contando muchas historias, pero poco se hablara del hombre que amaba y sólo deseaba poder estar en casa.
