4am

2 0 0
                                    

El primer chico que me besó,  me apretó los hombros como el manillar de la primera bicicleta en la se que montó. Sus labios olían al hambre que aprendió de su padre cuando devoraba a su madre a las cuatro de la mañana. Fue el primer chico que me enseñó que mi cuerpo servía para dárselo a aquéllos que querían que me sintiera cualquier cosa, menos completa, y por Dios que me sentía tan vacía, como su madre a las cuatro de la mañana

Dentro de mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora