PRÓLOGO

75 5 1
                                    

-2000-

En la ciudad de Nueva York vivía una familia algo pobre. Esta familia, que vivía en las ciudades más cerradas, tenía una casa en ruina y dos hijos para mantener. Su único trabajo era la recolección de basura de las casas de personas ricas, en donde a veces recibían una propina por tanto esfuerzo.

Un día, Sarah y Jack, marido y mujer, dejan a su hijo mayor Edward de 17 años, a cargo de cuidar a su hermana Carol de 13 años, ya que no tenían demasiado dinero para contratar una niñera.

_ ¿Están seguros de salir esta noche? _ le preguntó Ed, su hijo mayor.

_No te preocupes hijo_ respondió su padre. _Solo es un poco de nieve_.

_ ¿Puedo acompañarlos papito? _le preguntó su hija menor, Carol, usando un enorme abrigo.

_Sacate eso hija, no puedes ni moverte_ entre risas. _Quiero que te quedes con tu hermano, mamá y yo volveremos pronto_.

_Todo listo amor_ afirmó su esposa.

_ ¿Mamá? _preguntó Carol.

_Hija, si lo que quieres es venir, ya sabes mi respuesta_.

_Ven Carol, tengo una idea_ le dijo su hermano. _Leamos nuestro libro favorito_.

_ ¿El Camino Hacia El Bienestar? _con una sonrisa de oreja a oreja.

_Ese mismo_ confirmó su hermano, llenando de emoción a su hermana.

Carol caminó feliz hacia su habitación con saltitos de felicidad.

_Toma mamá, tu abrigo_ le dijo Ed, ayudándola.

_ ¿Enserio un libro? _un poco curiosa. _Dime que no lo robaste_.

_ ¿Piensas que soy de ese tipo de personas? _.

_No desconfío de ti, pero la verdad es la verdad_ le dijo su madre.

_Está bien, pero no te enojes con ella_ empezó a decirle. _Donna nos lo regaló_.

_ ¿La bibliotecaria de su escuela? _preguntó a su hijo. _Lo lamento hijo, pero tendrán que devolverlo_.

_No mamá_ deteniéndola. _Ella vio que pasaba el receso leyendo ese libro una y otra vez. Y me lo regalo. Me dijo que no le dijera a nadie_.

No respondía.

_Carol ama ese libro, no hagas que lo devuelva. Y sé que no soy un adulto, pero se como estamos económicamente y no podremos pagarlo. Por favor mamá_.

Sarah miró a su hijo a los ojos, lo veía con un gran amor en su corazón y decidido por apoyar a su familia. Ella lo tomó y lo abrazó.

_Está bien hijo, ve con tu hermana_.

_Gracias mamá, enserio gracias. Te amo _.

Abrieron la puerta y salieron.

A Sarah se le destrozaba el corazón cada vez que tenía que dejar a sus hijos solo, ella deseaba otro hijo y cada vez se les complicaba más mantener a su familia en estas situaciones. Sarah y Jack tenían una gran tarea. Un día de invierno, muertos de frío y con muy poca ropa para cubrirse, llegan a una de las casas más lujosas y empiezan la limpieza en la vereda y puerta, quitando además de basura, nieve, para dejar aún más limpia la entrada y que los dueños no tuviesen problemas al estacionar su coche.

Al terminar su trabajo se asomaron por la ventana de la casa para llamar la atención de la gente. Ellos lo único que pedían era una propina para poder conservarla. Al acercarse a la ventana ellos observan a una familia preparándose para cenar, con muchísima comida y un pavo bien cocido en el centro de la mesa.

La Cena Está LISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora