we could be anything

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Cuando Hyungseob era un niño su cuerpo era débil.

Durante sus diez años no sabia el porque, pero le parecía dolorosamente obvio porque no podía hacer demasiadas cosas. Mientras otros niños de su edad jugaban a la pelota en el parque después de la escuela, Hyungseob se enfermaba, siendo forzado a permanecer en su habitación por semanas, conociendo mas el lado de las sopas caseras demasiado livianas, sabanas que lo envolvían y calentaban, y las caricaturas en su pequeña televisión. Recuerda innumerables deseos de cumpleaños gastados en espantar a esas terribles enfermedades, con sus manos juntas y los ojos cerrados como si fuera a desterrar a los demonios con toda su fuerza, esos demonios malignos que azotaron su salud y que se llevaron a sus amigos.

Aunque era frágil, hizo todo lo posible para ser un niño feliz, pero cuando estaba solo lloraba a menudo, susurrando disculpas a sus padres que parecían tener rostros cansados y preocupados permanentemente.

Hyungseob recuerda haber ido al hospital con sus padres un día. No era una ocurrencia rara en lo más mínimo, pero ese viaje había sido particularmente memorable para él. Era el día que, tras sus chequeos, los adultos habían intercambiado muchas palabras difíciles e irreconocibles para él, el médico le había mirado y dijo algo que el niño si comprendía.

"Salir al aire libre sería bueno para él, pero el aire aquí esta contaminado, solo esta agravando sus pulmones", reveló el hombre con gafas. Asintió con la cabeza a algunos escáneres en la pantalla de su computadora. Hyungseob en ese entonces no entendía qué eran las imágenes en blanco y negro que miraba el doctor, ni por qué los adultos las escudriñaban tan de cerca, pero el médico les hizo un gesto como si sostuviera las pistas de un gran misterio. "Él no se recuperará si seguimos así."

Su madre frunció el ceño, y Hyungseob no quiso nada más que suavizar la expresión de preocupación en el rostro de su madre. Él hizo un puchero, mientras tomaba la mano de su mamá. "Entonces" ella hablo con vacilación, como si ya conociera la respuesta, pero tuviera que preguntar igual. "¿Qué sugieres que hagamos?"


El médico suspiró pesadamente, acomodándose sus gafas con un dedo. Sus oscuros ojos volvieron a los escáneres de la pantalla. "Sería mejor", había dicho lentamente, ahora mirando a los ojos del niño, "Si Hyungseob pasa algún tiempo en el campo para recuperarse".


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Había pasado un mes, Hyungseob se encontraba a bordo de un tren, partiendo de Seúl a la casa de un pariente en Busan. 

Busan estaba muy lejos. Él nunca supo que tenía parientes allí.

"La tía Yumi es una mujer encantadora" Le decía su madre con voz suave. "Ella ansia tenerte en su casa"

Hyungseob asiente en silencio. A decir verdad, estaba aterrado de alejarse de su casa, aunque fuera sólo temporal. Pero, ¿cómo podía decir algo, cuando aquél era el único modo de mejorar, cuando, después de aquella consulta, al fin vio que un leve destello de esperanza empezaba a brillar en los ojos de sus padres? Él frunció los labios. No, nunca lo haría, después de todas las penurias que habían sufrido por él, no después de todos los problemas que su débil cuerpo causó a su familia.

Puedes hacerlo, se dijo con firmeza. Él asintió para si mismo.


Se volvió hacia la ventana. El paisaje era una mezcla de colores, combinándose unos con otros.

we could be anything  (traducción) JinseobDonde viven las historias. Descúbrelo ahora