Mis manos tiemblan...es como si un frio permanente me abrazara por las espaldas. Es la segunda vez que esto sucede pero esta vez con la diferencia que no se me permitirá quedarme. No puedo permanecer en el mismo lugar o las consecuencias serían grandes, debo escapar ahora que aún es tiempo.
Mis manos tiemblan... mientras ordeno las cosas dentro de mi bolso, mis manos ya no están firmes. Ahora dudan de todo lo que hago, cada movimiento es la muestra de ello. Los temblores me recorren todo el cuerpo, supongo que es normal en situaciones de estrés, supongo que es normal sentirse así. Abandonare a las personas que amo, a mi familia.
Cierro el bolso y comienzo a descender las escaleras de mi casa, saber que quizás ya no veré esto nuevamente me causa preocupación pues no sabré que sucederá con mis padres en un futuro. Los ojos de mi madre se encuentran con los míos al bajar la escalera, desde la cocina mi madre sabe todo lo que sucede.
--Es lo mejor—digo antes que ella pronuncie alguna palabra. Las lágrimas se acumulan en sus ojos y sé que romperá a llorar en cualquier minuto.
--Podríamos....quizás exista – ella sabe la respuesta, al igual que yo. No, no existe ayuda en este caso.
--Lo siento mamá... siento todo esto—me lanzo a sus brazos y rompo a llorar. No estoy listo para decirle adiós, no quiero decirle adiós. Pero existe una diferencia entre querer algo y hacer lo otro.
--Yo lo siento mucho mi amor. Yo debería haberte dicho todo—se silencia cuando la puerta de la casa estalla en mil pedazos. El polvo y los trozos de madera y vidrio vuelan por la sala hasta estrellarse en distintos lugares.
Mi madre grita y yo la protejo con mi pecho recibiendo el impacto de algunos trozos de vidrio y madera en la espalda. Agarro a mi madre de una mano y corro junto a ella para refugiarnos de lo que sea que haya causado esa explosión.
Siento pasos adentrarse en la sala, nos protegemos tras el muro que separa la cocina del comedor así que asomo mi cabeza para ver quien causo todo esto. Me asombro pues lo que hay frente a mí... soy yo.
No soy yo realmente es un némesis de mí. Todo lo que yo tengo de una manera el sujeto lo posee de la contraria, donde mi cabello es negro el suyo es blanco, donde mi piel es blanca la suya es oscura, y donde mis ojos son verdes los de él son... totalmente negros, como si no tuviera vida. Respiro pues al parecer estaba conteniendo la respiración. Sus ojos se posan en los míos.
--Así que decides esconderte... aprendes rápido chico—sonríe con maldad, tanta maldad que logra congelarme. Parece de mi misma edad pero actúa como si tuviera cientos de años.
--¡No le harás nada a mi hijo!—mi madre se levanta con una actitud diferente. Ya no está llorando, ni apenada o siquiera asustada, ella está decidida, está como toda una guerrera. Está dispuesta a defenderme y yo a ella.
Me levanto y me posiciono tras mi madre, intentaría parecer decidido y valiente pero la verdad es que estoy temblando de miedo, confundido y perdido.
--¿Qué significa esto?—pregunto.
--Oh, debí suponer que no sabrías nada... eres una mentirosa, mujer—el sujeto mira a mi madre y sin aviso alguno le dispara. Después del estallido el cuerpo de mi madre cae inerte al piso, frente a mí, con la vista perdida en algún lugar.
Miro de mi madre al sujeto, y luego a mis manos. No lo puedo creer.
Es todo tan confuso, la ola de calor me recorre en cuestión de segundos. Es tan rápido que no logro contenerla y solo dejo que me abandone, esta vez no soy un muro de contención, solo me limito a ser un conducto. Una gran explosión me abandona y arrasa con todo a su paso, incluido el sujeto frente a mí, la casa entera explota y en centro estoy yo. Intacto.
Hoy escribí algunos nuevos capitulos, espero que les gusten y manifiestense!!1