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Título: Fools

Resumen: Su historia había sido tan común, pero al mismo tiempo única. Los recuerdos aún fluían en su mente, sin detenerse. Su rostro aún permanecía en su mente, aunque él mismo sabía que eso lo convertía en un tonto. Un tonto que cayó en sus mentiras.

(A/N: Portadita especial para éste capítulo~ ヾ(*´∇'*)ノ con agradecimientos especiales a flxwsfire)

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La taza blanquecina calentaba sus manos. El aroma del café inundaba la habitación de una manera reconfortante al frío que hacía ese día.

Hoseok normalmente odiaba el frío. Odiaba cómo su piel se erizaba con una brisa fría proveniente de la ventana abierta, pero también amaba el aire fresco, y la sensación de la brisa contra su rostro, agitando su cabello y besando su piel.

La ventana de su habitación mostraba la vista desde arriba, de unas calles transitadas. La ciudad se veía muy diferente desde arriba, y esa era la razón por la que Hoseok había rentado ese departamento.

La vista de la personas y los edificios desde abajo, le recordaban lo pequeño que era él para el mundo. Y si él era pequeño, entonces sus problemas eran aún más pequeños. No tenía nada de qué preocuparse.

Hoseok levantó la vista, mirando al cielo nublado sobre la gran ciudad. Se acercaba la lluvia.

Hoseok odiaba la lluvia.

La lluvia caía con pequeñas gotas sobre su ventana, y las personas que transitaban por la calle comenzaban a dispersarse en busca de un lugar seco y caliente. Comenzó a bajar aún más la temperatura, y las gotas a caer con más intensidad.

Hace algunos años, Hoseok habría amado la lluvia. Pero no ahora.

Ahora las gotas transparentes que caían y se rompían al caer al suelo, le recordaban a lo que buscaba olvidar, y que a pesar del tiempo que pasó, aún no lograba borrar de su mente.

La lluvia le recordaba a las noches oscuras que había pasado con él.

Min Yoongi.

Ese chico había aparecido en su vida como la lluvia. Al principio de manera delicada, con un simple “hola”, pero pronto su presencia comenzó a llenarlo.

Aún cuando Hoseok solía ser uno de los chicos más calmados de su clase. De esos que sólo se enfocaban en sus buenas calificaciones, y un lugar reservado en la universidad soñada. Aún cuando Hoseok era ese tipo de chicos, cuando Yoongi llegó a su vida, todo comenzó a cambiar.

Se conocieron durante la preparatoria. Yoongi era un año mayor que Hoseok, y de alguna manera se las arregló para llevar a Hoseok a su primera fiesta.

Pero claro, ese ambiente no había sido del agrado del menor. Y aún cuando Yoongi pudo dejar a Hoseok a su suerte, e irse a divertirse, decidió quedarse a su lado.

Esa noche había sido inolvidable.

Yoongi lo había llevado a su departamento. Hoseok casi podía oler el Bourbon barato que habían comprado en un supermercado. La risa dulce de Yoongi a su lado, hablando de temas tan comunes. La mano de Yoongi rozando sus dedos por accidente, y la manera en que los ojos del mayor brillaban cuando ambos se miraban a los ojos. La noche que había avanzado, y las nubes que se amontonaban en el cielo, para descargar la lluvia sobre la ciudad.

“Es triste”, había dicho Yoongi esa noche, “La gente dice amar la lluvia, pero cuando llega, todos huyen de ella”.

Esa misma noche, en el departamento de Min Yoongi, Hoseok había dado su primer beso.

Después de esa noche, ambos se habían vuelto prácticamente inseparables.

La gente les decía que su relación no podía ser. Y no porque ambos fueran chicos, si no que ambos eran totalmente distintos.

Hoseok era estudioso, alegre e inocente, mientras que Yoongi era completamente distinto. La gente hablaba de Yoongi como una persona peligrosa. Había crecido en un vecindario peligroso, y era verdaderamente temido por los demás.

Y aún así… Hoseok decidió no escuchar a los demás y creer solamente en las palabras que le decía Yoongi.

Aún cuando Yoongi había llegado una noche, con el rostro lleno de golpes y moretones, y le había suplicado a Hoseok que huyera a su lado sin hacer pregunta alguna.

Incluso en ese momento, Hoseok simplemente empacó su vida en una maleta, y tomó la mano de Yoongi, siguiéndolo sin preguntas. Justo como él le había pedido.

Durante varios meses Hoseok conoció muchos lugares que nunca había visto.

Hoteles pagados por la tarjeta de crédito del padre de Hoseok. Lugares lujosos y llenos de alegría, que con la presencia de ambos, se llenaba de una esencia parecida a la de un hogar.

Si Hoseok se pusiera a pensar en los lugares que visitó junto a Yoongi, no podría recordar todos. Sólo los más especiales estaban en su memoria.

Como esa vez en que ambos viajaron hasta esa pequeña cabaña sobre una colina.

La risa de Yoongi, cuando ambos corrían entre los grandes campos. La calidez de su mano cuando sus dedos se interlinearon con los de Hoseok. El sol brillando sobre ellos cuando decidieron descansar bajo un árbol.

La conversación que habían tenido ese día, siempre permanecía en su memoria.

“¿Qué nombre te gustaría para nuestros hijos?”

Ahora esas conversaciones se filtraban en su memoria como un gas tóxico que Hoseok buscaba eliminar. Siempre se había sentido orgulloso de tener buena memoria, pues podía recordar cosas escolares con facilidad. Pero cuando se trataba de Min Yoongi, todo era diferente.

Con Min Yoongi, su buena memoria era una maldición.

Incluso recordaba esa noche, en que habían tenido su primera pelea.

Había sido un día frío, pero era el menor de sus problemas. La nieve caía del cielo, y se derretía entre las palmas de Hoseok.

Las palabras que habían salido de los labios de Yoongi se habían tatuado en su mente como un eco doloroso. Sus lágrimas habían sido cálidas esa noche, a comparación de lo frío que se sentía el ambiente. Su pecho le dolía a cada respiración que daba, por el aire frío.

Pero antes de que acabara la noche, ambos se buscaron bajo la blanquecina luz que ofrecía la luna en esa noche fría. Las estrellas brillaban sobre ellos, cuando ambos se abrazaron y besaron.

Había lágrimas en los ojos de Hoseok esa noche. Y estaba tan ciego, que ni siquiera había notado que él era el único que tenía lágrimas en los ojos.

La felicidad había regresado, pero ésta duró poco tiempo.

Había durado exactamente lo mismo que duró el dinero que le provenía el padre de Hoseok a la tarjeta.

Min Yoongi había desaparecido tan pronto como había llegado; y justo como las personas le habían advertido a Hoseok, Min Yoongi era una persona muy distinta a la que conocía.

Era cruel, egoísta y muy bueno mintiendo.

Hoseok había sido un tonto al caer en sus mentiras, era cierto. Había sido su culpa, por no escuchar lo que las personas decían de Yoongi.

Jung Hoseok y Min Yoongi tuvieron una relación de un año y medio. Así de corta había sido su historia.

Su historia había sido tan común, pero al mismo tiempo única. Los recuerdos aún fluían en su mente, sin detenerse. Su rostro aún permanecía en su mente, aunque Hoseok sabía que eso lo convertía en un tonto. Un tonto que cayó en sus mentiras.

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A/N 2.0: Hola a todas~ Vengo con éste capítulo algo sad (aunque no tanto jeje) (。・・。)♡

Gracias por leer (♡˙︶˙♡) y perdón por haberme ausentado. (*//艸//)♡

Gracias por sus bonitos comentarios (。>﹏<。) espero actualizar más seguido!

Yoonseok One Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora