Estaba sentada en una silla fuera de mi casa viendo el álbum de fotos que tenía toda mi vida entre tantas fotos que tome cuando era joven. Encuentro una foto en peculiar junto a mis tres amigos Evie,Carlos y Jay.
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Esta foto la tome antes de que salieramos de la isla de los perdidos. -Mal corre hay que tomar una foto antes de que nos vayamos de la isla- es lo que me decía Evie la chica de cabello azul. -Evie sabes que no soy buena para las fotos- era la mejor respuesta que tenía para librar me de la foto. -Hay por favor Mal no seas así la foto del recuerdo tal vez nunca más regresemos- decía el pequeño Carlos. -Tienen razón Mal yo no soy un chico que ame las fotos pero este es un momento muy importante- -Bueno está bien- aún a regaña dientes me tomé la foto que ahora mismo está dando inicio a mi historia.
En Auradon.
-Ben es una mala idea de que hayan venido los hijos de nuestros villanos- decía la vanidosa y presumida Audrey. -Tranquila Audrey todo saldrá bien,además sus padres fueron los que cometieron los crímenes ellos no son culpables de nada- -Si eso es lo que tú dices porque tu madre se enamoro de una bestia que resultó ser príncipe pero en el caso de mi familia la bruja mala siempre fue eso la bruja mala- Bajamos de la limusina que nos trajo a la escuela. -Vaya no lo puedo creer es muy diferente a la preparatoria de la isla aquí todo está reluciente y lleno de color- decía Evie con su cara de sorpresa. -No se que es lo que te llama la atención para mí es una escuela ordinaria con mucho color llena de princesas primorosas- -Y príncipes lindos Mal- decía Evie aún sin creer que había salido de la isla de los perdidos. -No se les olvide que estamos aquí por un solo trabajo obtener la varita del hada madrina- -Mal ajenas igual que tú madre sabemos que tenemos un trabajo que hacer pero también podemos disfrutar de todo esto- decía Jay. -Bienvenidos a la preparatoria Auradon, perdón por la tardanza mi nombre es Ben- Volteo a ver al chico de cabello castaño con una gran sonrisa yo pensé que este viaje sería muy fácil pero lo que no sabía es que cambiaría mi vida para siempre.
