El diario de Mitsuki

IV: Segunda Semana

2 de Noviembre de 2015

Una semana más ha pasado desde el inicio de lo que me ha gustado comenzar a llamar "Proyecto BoruSara" y al fin puedo decir que los conflictos han comenzado a cesar, de forma lenta si, pero lo considero un gran avance teniendo en cuenta la situación tan alarmante por la que nuestro equipo estaba atravesando.

Mis compañeros debían pasar esta segunda semana en la residencia Uchiha y... cómo describirlo, fue un caos al principio pues el padre de Sarada no veía con buenos ojos que el hijo del Hokage (con quien tiene una relación extraña según mi parecer) estuviese atado, literalmente, a su hija. La situación me resulta graciosa cuando me la imagino.

Eso fue en principios de semana y según he escuchado el ambiente en aquella casa se ha mantenido muy tenso todo el tiempo. Pero, por supuesto, la madre de Sarada ha hecho algunos esfuerzos por intentar que todo este mes de "castigo" fuese más ameno para todos y quizás esa sea la razón por la cual el resto de la semana todo se ha mantenido en aparente calma.

BoruSara parece ir poco a poco en el camino de la rectitud y la unión. Cada vez logran sincronizarse con más facilidad y eso ya nos permite realizar misiones de forma eficaz y tranquila.

Por una parte todo este avance me tranquiliza un poco, pero por la otra no puedo evitar sentir un gran vacío en mi interior cada vez que les veo juntos, hablando y riendo de forma "amigable".

Sé que no debería sentir esto, sé que el hecho de que se comiencen a llevar mejor es algo bueno para nuestro equipo. Pero hay algo dentro de mi, digámosle intuición, que me previene, que me intenta avisar de que todo esto causará un gran impacto para mi y mis emociones. Y no sé qué pensar al respecto.

Cada vez que miro a Sarada y le veo reír junto a Boruto una sensación desagradable se extiende en mi cuerpo y no comprendo el origen de esto. Intento pensar que es el hecho de ser dejado de lado como siempre pero conforme pasan los días me voy dando cuenta de que existe algo más profundo que eso y me molesta no saber de qué se trata.

Tampoco sé con quién debería hablar acerca de aquello, y no sé que tan buena idea sea buscar consejo cuando ni siquiera sé explicar con claridad este problema por el que estoy pasando. He ahí el hecho de que esté escribiendo todo esto ahora. Quizás si lo leo más tarde descubra algo, porque no creo que exista persona que me conozca mejor que yo mismo.

En fin, solo tengo esperanzas de que esta semana pase rápidamente y se termine todo este asunto del castigo por fin. ¿Y quién sabe? Quizás las cosas vuelvan a la normalidad, o quizás no. Ciertamente espero desde el fondo de mi corazón que sea la primera.

Pero este secreto se queda entre tu y yo.

Mitsuki.