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EXISTEN cuestiones prácticas que hay que resolver -dijo Maggie más tarde—. Tendrás que verlo tarde o temprano.
_________ le dio una breve versión de la visita de Louis y la amiga escuchó con calma y satisfacción, pero eso la enojó.
—Tanto Liam como tú parecéis estar complacidos por el fracaso de mi matrimonio.
Maggie no lo negó.
—Era demasiado posesivo. Te mantuvo apartada de todos tus amigos. Un marido normal espera compartir un poco a su esposa.
—Mi mundo era demasiado opuesto al suyo - dijo _________ con un suspiro.
—Tal vez, pero eso no disculpa la forma cruel con que te separó de nosotros. Ahora eso va a quedar sobre su propia conciencia. —Louis estará mejor sin mí —dijo _________ sin emoción. —No pienses así. Es posible que todavía cause problemas.
— No. Va a pedir el divorcio.
—No estés tan segura. Yo conozco a los abogados... odian verse mezclados con la ley. Es una enfermedad profesional.
Era cierto, eso lo sabía _________. Louis siempre dijo que los abogados evitaban los procesos legales como si fuera una plaga, debido a que sabían demasiado de sus laberintos y problemas.
— ¿Y qué vas a hacer con tu ropa? Tendrás que ir a recogerla.
— Iré a la casa mientras él esté en el juzgado.
—_________, odio tener que decir esto, pero tienes que verlo. Sería mejor que todo se hiciera en forma amistosa y no lo lograrás si estás en este estado de ánimo.

—Supongo que tienes razón. De todas maneras, puedo arreglar todo a través de su abogado... y conociendo a Louis, sería mejor hacerlo en la forma más correcta posible.
—¿Cómo pudiste soportar a ese pedante? Yo me hubiera vuelto loca al cabo de una semana.
— Lo amaba -dijo _________ con sencillez.
—Eres una simplona, _________. Siempre lo fuiste... ciega como un murciélago en algunos aspectos. ¿Por qué crees que tu presumido Louis se enamoró de ti?
—No puedo imaginarlo. Nunca pude... no teníamos nada en común.
Maggie levantó las cejas con incredulidad.
—Alguna vez mírate al espejo, criatura... eres muy hermosa. ¿Irás a decirme que no lo sabías?
—No siempre lo parezco —se ruborizó _________.
— ¡Dios dame paciencia! _________, eres demasiado modesta —Maggie se levantó y la empujó frente al espejo— ¡Mírate!
_________ vio a una chica con rizos dorado-rojizos peinados alrededor de una cara ovalada, un cutis suave y rasgos proporcionados. Ojos verdes en forma de almendra y unas pestañas largas y negras.
—Tengo la boca demasiado grande.
— Y muy atractiva. Eso es lo que piensan los hombres, los he oído decirlo.
— ¿Los hombres? —_________ se la quedó mirando con la mirada en el vacío.
-Liam.
-¡Oh, Liam!
—Sí, Liam.
_________ volvió a prestarle atención al espejo.
—Tengo las caderas muy anchas para mi busto.
—Tu cuerpo es muy atractivo -replicó Maggie irritada—. Y repito lo que oí.
— ¿Liam de nuevo?
—Entre otros... en la fiesta llovían los comentarios.
— ¿De veras?
— ¿Pero qué te pasa? Antes tenías vida. Pregúntate esto: ¿si Louis no se enamoró de tu mente brillante, entonces de qué?

_________ sabía la respuesta, pero hacía ya tanto tiempo desde que se lo demostró, que sintió que respiraba de prisa al recordarlo. Se quedó con la mirada perdida a lo lejos y se olvidó de Maggie. Se llevó las manos a la cara y luego las deslizó a lo largo del cuerpo.
Maggie se la quedó mirando con el ceño fruncido.
—Te despertaré de nuevo aunque sea necesaria una caja de dinamita.
—Eres muy amable conmigo, Maggie. Estoy muy agradecida.
— ¿Y para qué son los amigos? -preguntó Maggie igual que Liam—. ¿Recuerdas lo que nos llamaban en la escuela de drama?
—Los tres mosqueteros —murmuró _________ riendo.
—Tú, yo y Liam... tres. Juramos que nos mantendríamos unidos, que nos conseguiríamos papeles de ser posible, que compartiríamos alojamientos y el dinero disponible... ¿recuerdas los planes que hacíamos?
—Muy bien.
—Pues bien, para que no lo olvides, la habitación de invitados es tuya todo el tiempo que quieras y sin ningún compromiso. Excepto que tienes que hacerte invisible si recibo a un amigo.
_________ la miró divertida.
—¿Alguien en particular?
— Ya lo conocerás. Por el momento está ausente, pero regresará la próxima semana.
—¿Es de nuestra profesión?
—Es escenógrafo. Está trabajando en París desde hace un mes. Si no te gusta, no me lo digas.
—¿Tan serio es el asunto?
—Creo que sí.
—¿Para ambos?
—No estoy segura todavía... acerca de mí, sí, pero no respecto a Rob. Es bastante enigmático. Hasta podría ser casado y con seis hijos. Tengo que sacarle con sacacorchos todo lo que quiero saber.
— Entonces espero que sea soltero.
— Lo mataré si no lo es —dijo Maggie y no bromeaba.

Liam llamó esa tarde e hizo gestiones para que _________ tuviera su prueba al día siguiente. -¿Nerviosa?

—Mucho. Recuerda que no he trabajado en dos años.
—Yo pasaré a recogerte y te llevaré. No te preocupes.

Después de colgar el teléfono, _________ salió del apartamento y tomó el tren para ir a su casa. Después del matrimonio, Louis decidió comprar la elegante casita en Kent. Estaba lo suficientemente lejos de la ciudad para tener tranquilidad, pero bastante cerca para que él pudiera ir y venir de Londres. En ese tiempo, a ella no se le ocurrió que la aislaba de su viejo círculo de amistades. Cuando lo notó, estaba demasiado deprimida para hacer algo al respecto.
Por supuesto que hizo algunas amistades entre los vecinos. Amas de casa que encontraba al ir de compras, la esposa del abogado, la esposa del médico... Louis quiso que invitara a toda esa gente y por algún tiempo lo hicieron, pero su enfermedad interrumpió todo eso.
Entró en la casa. Estaba vacía y silenciosa.
Subió a su habitación y comenzó a hacer la maleta. Dejó la mayor parte de su ropa; sólo había unas cuantas cosas que quería. Lo último que tomó fue la foto de Louisiam que tenía en la mesa de noche. Se quedó contemplando el rostro atractivo de rasgos duros, cerró los ojos y luego la puso hacia abajo con dedos temblorosos. Cerró la maleta.
La sobresaltó un movimiento en la puerta y levantó la vista.
-¡Louis!
Allí estaba, vestido de etiqueta.
—¿Vas a alguna parte? —le preguntó con ironía.
Ella bajó la vista hacia la maleta y trató de cerrarla. No pudo.
Louis se acercó y la cerró sin esfuerzo.
—Gracias—murmuró ella.
Él se enderezó y metió las manos en los bolsillos.
-¿Vas a irte con Payne? -su voz era indiferente como si discutiera un problema legal con un cliente.
Ella se sonrojó.
—¡No!
—¿No? —Levantó las cejas con ironía—. ¿Esperas que lo crea? ¿Después de lo que vi hoy?
—Lo has interpretado mal... -comenzó a decir ella y él la interrumpió.
— Creo que no, _________, No había nada que se pudiera malinterpretar.
—Liam acababa de llegar. Es el apartamento de Maggie. Pasó a decirme algo.
—A mí me pareció como si se sintiera en casa. ¿Siempre visita a las personas en mangas de camisa y con un vulgar delantal? Preferiría que me dijeras la verdad, _________-
— ¿Siempre dices tú la verdad? — recordó a la mujer que vio en sus brazos y los celos la aguijonearon.
— ¿Qué quieres decir con eso? —levantó las cejas sin saber de lo que hablaba.
—Nada.
— ¿Tenemos que discutir esto aquí de pie? -hablaba con voz calmada y controlada y ella sintió alivio porque sabía que tenían que hablar y sería más fácil si ambos estaban tranquilos.
Lo siguió a la sala y se sentaron uno frente al otro, como extraños, pero así es como habían vivido los últimos meses.
—¿Qué es lo que quieres, _________?
—El divorcio -dijo la palabra a toda prisa.
Él se levantó y se alejó unos pasos, metió las manos en los bolsillos y le dio la espalda. Ella se lo quedó mirando y notó que comenzaba a encanecer, pero no había duda de que eso le hacía muy distinguido.
— ¿Y luego? -le preguntó con una voz áspera.
_________ no estaba segura de lo que quería decir.
-Luego... luego los dos estaremos libres.


Él se rió de modo desagradable. Se acobardó al escucharle. Cuando la miró ya no estaba controlado, estaba furioso.
— ¿Es un buen amante?
La pregunta hizo enrojecer su piel. Le respondió airada.
— ¡Te lo dije! Interpretas mal las cosas.
— Mentiste —dijo entre dientes—. Me bastó con verte. Hace más de seis meses que no compartes mi cama, ¿pero crees que se me olvidó el aspecto que tienes después de hacer el amor?
Las palabras la hicieron temblar, estaba aterrorizada. Se levantó para irse, pero él le cortó el paso y la agarró de los hombros con fuerza.
— ¿Te satisfizo? ¿O será mejor que le dé una lista de tus preferencias en la cama?

— ¡Eres un canalla! —desde que lo conoció jamás le había hablado así, con la cara llena de odio y los ojos desorbitados.
— ¿Qué pasa? ¿Hablo con demasiada franqueza para ti? ¿Querías disimular tu adulterio con una fingida relación amistosa para darle aspecto respetable?
— ¡Liam no es mi amante!
—¿Me tomas por un idiota? Por lo menos él no trató de ocultar lo que había sucedido. Se aseguró de que lo supiera yo con cada mirada que te dirigía —el rostro de Louis estaba pálido y desencajado— No es que necesitara la confirmación, adiviné todo desde el momento que llamaste para decir que habías pasado la noche con una vieja amistad... ¿quién otro podía haber sido?
— ¡Pero si nunca antes había visto a Liam! Estaba en Estados Unidos cuando nos casamos.
—O nunca te hubieras casado conmigo —agregó—. ¿Crees que olvidé el telegrama que nos mandó?
— ¡Fue una broma!
— ¡Dios mío! —le sacudió los hombros y la lastimó—. No me mientas, __________ Payne sintió cada una de esas palabras. Cada vez que mencionabas su nombre hacías notar el hecho.
Ella le miró sin entender.
— ¡Casi nunca te lo mencioné!
— ¿No? Ni siquiera sabes cuándo lo haces. Me cansé de contar las veces que te oí decir... Liam esto, Liam aquello... jamás dejaste de pensar en él.
— ¡Nunca lo tuve en la mente!
—Tal vez te engañaste a ti misma, pero no a mí. Una noche, hablaste de él en sueños.
Se sobresaltó al oírlo.
—¿Lo hice?
—Así es.
— ¿Y qué dije?
La agarró la barbilla y la obligó a mirarle a los ojos.
—Quiero verte cuando hablo —recordó que una vez le oyó decir que en el juicio observaba los ojos de los testigos y así podía saber cuándo mentían. Ella se lo quedó mirando con fijeza.
— ¿Qué dije en sueños?

—Su nombre, varias veces. Te desperté y te volviste a dormir. Después de eso ya no hablaste.
— ¿Fue una pesadilla? —le miraba asombrada—. ¿Por qué me despertaste?
— ¿Crees que iba a estar acostado al lado de mi esposa oyendo que soñaba con otro hombre?
Ella trató de soltar la barbilla de su mano, pero entonces le agarró la nuca con los dedos y la inmovilizó.
— ¡Quédate quieta!
—Me lastimas.
—Entonces quédate quieta.
Ella lo hizo y él preguntó:
—¿Cómo piensas mantenerte si me abandonas? ¿Se encargaría Payne de eso?
—No —dijo con agudeza—. Voy a trabajar.
— ¿En qué? —dijo con ironía.
—Actuando... ¿en qué otra cosa?
— ¿En qué otra cosa? —Repitió él con ironía—. Dicen que es una profesión muy saturada. ¿Qué te hace pensar que conseguirás trabajo?
—Mañana me van a hacer una prueba para un papel en un programa de televisión —dijo en tono de triunfo, pero la hirió su mirada.
—¿Te pregunto quién hizo las gestiones o puedo adivinarlo?
_________ desvió la mirada, se mordió el labio.
—Liam es mi amigo —dijo y Louis volvió a reírse, pero fue un sonido cruel.
—Una forma amable de describirlo.
—¿Qué quieres que te diga? ¿Qué estoy loca por él? ¿Que anoche dormí con él y que volveré a hacerlo hoy y mañana y todas las noches que sigan? —Las palabras le salieron como un torrente, estaba muy excitada, totalmente fuera de sí-. Si eso es lo que quieres oír William... muy bien: Liam es mi amante, me gusta, voy a divorciarme de ti para ir a su lado.

El rostro de Louis parecía de granito, mientras la oía decir enojada todas esas palabras. De pronto, le apretó la cabeza con la mano, atrajo su cuerpo hacia él con la otra mano apoyada en su cintura y le aprisionó la boca de forma salvaje.
Gimió por el dolor que le producía. Luchó con tanta violencia que sus cuerpos cayeron al suelo entrelazados. Por un momento se quedaron allí respirando fuerte. Luego _________ se repuso y trató de levantarse, pero Louis la agarró con tanta fuerza que su vestido se rasgó. Furiosa miró la tela rota, pero contuvo la respiración al enfrentarse a él. Louis contempló la piel desnuda.
Ella trató de hablar pero la voz no le salió. El corazón le latía con fuerza.
Los ojos de Louis se dirigieron a su cara y ella movió la cabeza negando en silencio y tratando de alejar sus manos.
—Sí — dijo él con voz apasionada como si ella hubiera hablado. La cabeza oscura se inclinó y _________ lanzó un gemido.
— ¡No, William! —no podía soportar la idea de llegar a la intimidad con ese terrible abismo entre ellos. Pensó con amargura en la otra mujer. No era a ella a quien Louis quería... sólo la utilizaba y eso la hirió—. Busca a otra mujer, William. Yo no te quiero —le dijo cegada por los celos.
Se la quedó mirando de una forma tan dura y fría que la aterrorizó.
— ¡Eres cruel! —dijo con los dientes apretados. Sus manos le rodeaban la cintura como si fueran de acero. Ella protestó y trató de apartarle las manos, pero él se apoderó de sus labios besándola apasionadamente.
Hacía meses que no hacían el amor y ella lo deseaba. Sin embargo, el amor propio la hizo resistir con todas sus fuerzas. Luchó con los dientes y las uñas para tratar de alejarlo, pero no pudo.
— Voy a hacerte el amor —le susurró al oído. _________ gimió y él apretó su cuerpo mientras ella emitía una amarga protesta silenciosa. De pronto, como si eso la elevara por encima de lo que estaba sucediendo, se quedó rígida y fría. Tomaba su cuerpo contra su voluntad y la hizo sentir como un objeto. Lo odió.
Cuando se quedó acostado de nuevo a su lado, respirando con fuerza, _________ se levantó, se duchó y se volvió a vestir para irse. El estaba en la puerta, silencioso y ella le desafió con la mirada; le vio acobardarse como si le hubiera golpeado.
—Nuestro matrimonio fue un error monumental. No estábamos hechos el uno para el otro. Tú, ni siquiera querías hijos. Todo lo que quiero ahora es olvidar que exististe alguna vez.

—Muy bien. Mi abogado se pondrá en contacto con el tuyo si me mandas su nombre.
—Le mandaré el nombre a él.
Cuando se iba, él le dijo:
—Te daré una pensión. No quiero que vivas en la miseria mientras consigues trabajo.
—No. No quiero un centavo de ti -luego dijo deliberadamente. —Liam se encargará de mi.

Salió en silencio y cuando la puerta se cerró a sus espaldas, sintió como un eco extraño en su interior, como si la casa fuera una concha llena de sonidos del pasado y su mente hubiera pescado ese lejano murmullo de la voz apasionada del Louis de hacía mucho tiempo, cuando se amaban y su felicidad parecía duradera.
¿Cómo se había agotado ese amor? ¿Lo hubieran podido evitar luchando los dos con más fuerza? ¿Fue culpa de ella? ¿O de él? ¿O de ambos? ¿Contribuyeron los dos a la destrucción y muerte del amor? Ella iba en el tren, sentada como una estatua blanca y pensaba en el hijo que se malogró. Quería tener ese hijo que era parte de Louis y parte suya, una vida nacida de sus vidas, algo tan suyo que ella misma hubiera amado tanto... Louis no lo quiso y aunque fue amable con ella cuando lo perdió, jamás le dijo que sentía que lo hubiera perdido. Eso los separó los últimos seis meses y ella pensó entonces que ya no podía hacer nada que le doliera más.
Se equivocó. El se enamoró de otra mujer y tal vez la separación de los últimos seis meses ayudó a aumentar la atracción por Linda Blare, así que podía ser culpa de ella. Ya no sabía ni le importaba.
Porque pensó que ese día, él había matado su amor. La pasión brutal que le mostró fue tan bárbara, que sólo podía pensar en él con temor y resentimiento

Celos que matan  -Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora