¿Que escribes, Are? - le pregunto Brandon mientras
absorbía por el pitillo el jugo que Arely le acababa de
preparar.
- Mmm... - exclamo. - No, nada... ¿Quieres un poco más
de jugo?
Brandon frunció el ceño y se levantó del extremo del sillón
para pararse atrás de Arely y echar un vistazo a lo que
tecleaba. Parecía como si estuviera escribiendo una
historia.
- ¿Qué es? - le pregunto con interés. Arely cerró la
pantalla de la laptop y lo miro bien.
- Tonterías - dijo sin darle mucha importancia.
- ¿Te gusta escribir? No sabía que te gustara... - dijo
sintiéndose culpable.
- No es nada importante, cariño... - dijo con la voz suave.
Brandon se froto los ojos y le devolvió una sonrisa.
- ¿De que estabas escribiendo?
- Mínimas historias. *****.
- ¿De?
- Amor - dijo con un poco de timidez.
- ¿Podría ayudarte en algo? - le mostro todos los dientes
en una sonrisa.
- Claro, puedes venir aquí y darme un beso - dijo en
medio de una carcajada mientras miraba como Brandon se
acercaba a ella y besaba sus labios con ternura.
- ¿Escribirías un libro que llevara mi nombre si te llegas a
hacer famosa? - le pregunto divertido mientras dejaba un
camino de besos en su rostro.
- Depende, ¿serias capaz de darme una buena historia
para escribir? - le dijo y lo vio directo a los ojos. Brandon lo
pensó unos segundos, si ella lo conociera de verdad, si
supiera quien era él. Tendría una buena historia para
escribir.
- Quizás - dijo y le pico un ojo.
- A veces me gustaría saber qué piensas, eres algo
misterioso - dijo sincera. Brandon frunció el ceño y se
carcajeo.
- ¿Tú crees, mi niña?
***
Hoy tenía el día libre pero tenía cita con el doctor, pero
que *beep*. Estaba pensando pasar todo el día
durmiendo.
Schmidt, el doctor que estaba tratando su caso lo había
llamado con un ataque de histeria.
- Pensaba que eras un tipo serio Schmitd, aquí estoy
histérico - dijo soltando un largo suspiro. Kendall, era uno
de los mejores médicos, era su médico de confianza.
Sabía que esto de su enfermedad era un secreto y él era
leal con su buen colega Brandon. Kendall levanto la vista hacia
Brandon, estaba estresado, Brandon lo conocía. Lo que se
venía no era bueno. - ¿Que pasa Kendall, paso algo malo?
- No estas respondiendo al tratamiento, Brandon - dijo con
la voz un tanto apagada. Brandon se sentó en la silla que
estaba justo frente a él y se froto la frente.
- ¿Qué? Pero... Pero si yo... - no podía ni siquiera
especular una palabra más. Ambos se quedaron en
silencio, mirándose entre sí. Brandon se recostó en el
escritorio con los puños cerrados y ganas de llorar.
- Brandon... Hermano - Kendall puso la mano en su hombro
como modo de apoyo. - ¿Que tan mal te has sentido?
- Bueno... - Brandon levanto la cabeza y pensó unos
segundos. Había sentido náuseas y dolor en el cuerpo,
pero nada grave. Mareos y desgana. Al parecer no eran
síntomas normales. Brandon trago saliva con dificultad y se
pasó la mano por los ojos, quitando el exceso de
lágrimas. - Dolor general, náuseas y mareos.
Kendall junto los labios en una fina línea mientras asentía y
dejaba a un lado los papeles que estaba chequeando.
- Podemos empezar el tratamiento cuando tú quieras.
- ¿Estoy muy grave? - le pregunto tomando un poco de
aire.
- No, pero puedes empeorar, Brandon. A medida que pasen
los días, comenzara con mareos y dolor, luego pasaran
las infecciones de todo tipo, quizás presentes hemorragias
o desmayos. Habrá un momento en el que necesitaremos
hospitalizarte y ya sabes lo siguiente.
- Quiero pensar esto, Brandon - le dijo asintiendo para sí
mismo. - Necesito tiempo para pensar que es lo que
quiero de la vida. -Murmuro- que me queda
- ¿Acaso no lo sabes? - dijo con un tono preocupado. -
¿Que acaso lo que quieres no es vivir lo más que puedas?
- Tenemos diferentes definiciones de 'vivir lo más que
pueda' - dijo soltando un suspiro y levantándose del
asiento. - Gracias Kendall- le extendió la mano,
estrechando la del doctor.
- Esperare tu decisión Brandon, piénsalo muy bien - le dijo
antes de ver a su paciente salir de su consultorio.
***
Brandon aparco su auto frente al edificio, se bajó y paso las
manos por sus ojos que estaban rojos y llorosos. Tenía
que arreglarse con ella o la conciencia lo iba a matar.
Simplemente era imposible molestarse con una de ellas.
- Brandon... - susurro abriendo la puerta de su apartamento.
James la miro con cara de pocos amigos. Jacky se
quedó petrificada.
- ¿Me dejaras entrar o nos quedaremos aquí afuera a
esperar a que Dios decida por ti? - dijo divertido. Jacky
sonrió de medio lado y se hizo a un lado para que
terminara de entrar.
- Solo te voy a advertir que no me interesa lo que vengas
a decirme Brandon, te pasaste con todo lo que me-- no
pudo seguir hablando por que James la tomo de la
cintura y la pego a su cuerpo, plantándole un beso feroz
y salvaje. Jacky se separó con dificultad de su agarre y
lo miro con rabia. - ¿Qué crees? ¿Que por qué me estoy
muriendo por ti vas a venir y hacer lo que quieras
conmigo? ¿Acaso sabes qué .___ y Liz escucharon
todo?
Brandon se separó un poco de ella para pensarlo mejor.
- ¿Qué?
- Sí. .__ escucho todo. ¿Qué te está pasando con esa
mujer? ¿Te gusta, o qué?
- ¿Vas a empezar Jacky? - dijo sentándose en la silla de
su comedor, James paso la vista por todos los libros y
papeles que tenía encima. - Que bella, me encanta que
estés juiciosa, estudiando cómo debe ser.
- ¿Por qué me cambias el tema? - Brandon suspiro y no
pudo evitar reírse.
- Basta nena, tu sabes que no puedo estar molesto
contigo - dijo jugando con las hojas de un libro. Jacky
tomo el libro y lo puso en la mesa.
- Deja de jugar con los libros que bien caros que cuestan
y bien difícil que se me hace comprarlos. Soy clase media
no rica.
- ¿Acaso necesitas dinero? ¿Por qué no me lo has pedido
antes? - Brandon se levantó para buscar dinero en su
billetera. Jacky negó con la cabeza.
- No necesito tu dinero.
- No te pongas caprichosa - le dijo mientras sacaba unos
billetes y se los daba. Jacky renegó.
- No, Brandon... Me cuesta pero terminar mi carrera es lo
que más deseo y hacerlo por mí misma es lo que quiero -
Brandon sintió pena por ella, por ella y por el mismo.
¿Por qué sentía la necesidad de hacer feliz a cada una de
ellas? ¿Por qué? ¿Qué era lo que sentía por ellas que no
lo dejaban elegir entre cada una?
¿Acaso estaba enamorado de todas? Imposible.
Brandon coloco el dinero en el libro de Brandon y lo cerró.
Escucho a Jacky quejarse a su lado, pero en cambio, él
se acercó a ella y beso dulcemente la comisura de sus
labios para luego salir de allí y pensar en la conversación
que había tenido hoy con su médico.
Le quedaban pocos días de vida y aun no sabía que era
lo que más deseaba hacer.
No tenía hijos. Y no sabía a cuál mujer o a cuantas amar.
ESTÁS LEYENDO
Las mujeres de Brandon Meza
Fanfictionadaptacion de un fanfic con james maslow de big time rush