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Me acarició desde el cuello hasta el ombligo, puso mi piel erizada. Subió mi blusa y quedo mi pecho al descubierto estaba tan nerviosa, era solo una niñita pero sabía lo que hacía, estaba disfrutándolo. Me miró a los ojos y me dijo: "Quieres hacer esto?"  Dije que si y...
Despierto sudando, temblando gritando, que ha pasado? Soñé con el de nuevo? Quiero ayuda toque el botón de emergencia.
Escuche unos pasos
-Amelia, que sucede estás bien?
-yo soñé con él ya no puedo soportarlo quiero verlo quiero estar con él quiero solo encontrarlo
-No llores Amelia, no entiendo nada quiero que a partir de ahora me cuentes exactamente qué pasó hace 9 años y porque estás aquí ahora
Llena de lágrimas.
Lo mire y sentí una vibra, el no me veía con ojos de doctor lo hacía con ojos de intriga
-He leído cada palabra de tu expediente y no logró entenderte, eres una persona tan profunda, noto cómo se pierde tu mirada de vez en cuando y veo algo más en esos ojos

No entendía que estaba pasando, mis doctores jamás me hablan así
-Se que piensas que soy un completo extraño pero necesito saber qué piensas, y qué pasó para poder ayudarte
Mi mente quedo en blanco y solo trataba de entender aquella escena de la que era testigo
Sentía como mi corazón latía tan fuerte , veía colores por todas partes y estaba muy confundida, fumo cuando estoy así pero él estaba ahí y no iba a dejarme hacerlo , sin embargo  abrí mi gaveta y saque mis cigarros sin decir una sola palabra, tomé uno y lo prendí poniéndolo en mi boca todo en frente de él, no movió un brazo para detenerme solo quedo observándome como si tratara de entender que estaba haciendo y porque lo hacía, nunca nadie me había visto así en este hospital.

Doctor:
Ella estaba tan confundida como yo, su respiración estaba tan agitada y sus manos temblaban, empezó a buscar algo entre sus cosas, saco un paquete de cigarros soy nuevo aquí y me advirtieron sobre esto, aquí todos lo saben, saben que ella fuma cuando se siente vacía eso explica las ojeras en sus ojos y sus labios resecos, es muy hermosa.
No me miró no me dirigió la palabra, está muy triste y puedo notarlo, está tan herida y sola y siento lástima por ella. Lo único que deseo en este momento es entenderla y ella puso una enorme barrera entre el mundo real y sus pensamientos, como puede seguir enamorada de un joven así? Cuanto pudo el mundo hacerla sufrir para dejarlo en ese estado en una clínica de ayuda para personas con problemas mentales, para no llamar a este infierno manicomio.
Quiero ayudarla, la mire fijamente y le dije...

Amelia:
-Se que guardas muchos secretos pero quiero que abras tu corazón a mí
-Abrir mi corazón? No cree que por eso estoy aquí? Abrí tanto mi corazón al mundo que quede vulnerable y nadie pudo salvarme de la perdición que traería para mí.
Tome mi cobija y la traje hasta mí dándole una señal de que no quería hablar con él, la entendió.
-Volveré mañana, y cada día estaré aquí, esperando escuchar algo una palabra que me diga porque estás tan herida, que hizo el mundo contigo, me intriga y es algo que me propongo. Te daré 30 días para que decidas contarme tu historia de principio a fin, si en ese tiempo decides que no soy el indicado para escucharte lo entenderé y abandonare tu caso, pero si intentas hacerlo voy a luchar contra cualquiera en este hospital.
-Porque hace esto Doctor Esteban?
-Porque sé que no estás loca Amelia.
Salió y cerró mi puerta,mis ojos estaban tan húmedos que no podía ver nada  no sabía qué hacer, yo estaba bien sin que nadie quisiera escucharme estaba tranquila hablando con mis flores y mariposas, era feliz cada vez que servían mi desayuno.
Tome el último cigarro en el empaque y lo encendí, camine hacia la ventana y comencé a ver hacia afuera sentí la brisa en mi rostro y desee estar ahí , siendo normal.
Me perdí en el humo de mi cigarro.
Lo tome y lo puse contra la piel de mi mano sentí caliente y un poquito de dolor, necesitaba sentir que algo me doliera porque en ese momento aquellas palabras"Sé que no estás loca" retumbaron en mi cabeza y corazón , quiero sentir dolor porque así recordare por qué estoy aquí, por el dolor y no quiero treinta días para decirle nada a nadie. Quiero un maldito dolor que me recuerde porque nunca he abierto mi boca a nadie en este asqueroso lugar.

Amelia enloqueció Donde viven las historias. Descúbrelo ahora