Excursión A Texas

Capítulo 2: En casa de Tyler

Llegue a casa de Kaleb, toqué el timbre y me abrió Mara, la hermana pequeña de Kaleb.

- Ya me dijo mi hermano que ibas a venir -Dijo ella con cara de cansada. Me huele de que ella no ha ido al colegio, o se a quedado un rato dormida.
- ¿Sabes porque me manda venir?- pregunté a Mara aunque en realidad me imaginaba lo que me iba a decir
-No, sinceramente no. Pasa que te estará esperando. Me ha dicho mi madre que si quieres un bocadillo hay en la encimera.

Entré en la casa. Hacia un mes que no volvía aquí, desde la pelea entre Zo, perro de Kaleb y su vecino. Subí las escaleras y llegue a su habitación. Abrí la puerta y como era de costumbre, Kaleb estaba con su ordenador creó que en Twitter, tecleando algo nuevo para su perfil. Alrededor de el había un montón de postres de series como Juego de Tronos o Breaking Bad; películas como Star Wars o Fast and Furious y grupos de musica como Green Day o 5 seconds of summer ( su grupo favorito).

-¡¡Por fin llegas!!- Dijo mirándome con una cara de "ya sabes porque estas aquí"
-¿Porque me has mandado que venga?- Aún sabiendo lo que me va ha decir se lo preguntó.
- Tío, hay una fiesta de fin de curso. Dijo con una cara de felicidad inmensa.
-Sabes que no voy a ir a ninguna fiesta después de lo que paso la ultima vez.

*HACE 2 AÑOS*

Kaleb me había convencido de ir a la fiesta en casa de Tyler. Tyler Lewis, el segundo capitán de el equipo y el mejor jugador de éste. La fiesta se decidió hacer ya que habíamos ganado el campeonato de liga y ascendemos de categoría. Yo "juego" de medio centro igual que Kaleb solo que el es titular y yo no. Nunca he jugado ningún partido ni siquiera un amistoso contra el equipo del vecindario de la tercera edad. El caso es que llegamos a la fiesta y todo el mundo aplaudía a Kaleb diciendo cosas como «Marcaste el gol de campeonato » o «Puto amo, eres el dios Kal», mientras yo observaba si alguien me diría algo a mi.
Kaleb en todo el campeonato marcó dos goles y los dos muy importantes.
- Voy a por una CocaCola. Tú espera aquí ¿vale?- Dijo Kaleb mientras se iba a la cocina.
La casa de Tyler no era muy grande pero cogíamos las casi 30 personas que estaban allí. De repente alguien me toco la espalda. Era Tyler, y me dijo:
- Oye... ¿Tú quién eres?
- Soy León. Y por si no me recuerdas, voy en tu clase de Literatura y de Historia.
- Ya pero esta fiesta es para gente del equipo de fútbol.
- Para tu información, soy del equipo de fútbol aunque te cueste creer. Soy medio centro suplente.
- Ahhhh, ya te recuerdo eres el amigo de Kaleb no?
-Sí- Ser el amigo de Kaleb ese el  nombre con el cuál la gente me conoce.
- Pareces un tío legal, ¿quieres una cerver?
- ¿Te refieres una cerveza?
- Si, claro. ¿Probaste alguna?
- Sí, pero no me gusto mucho
- Ya  veras. Esta es de calidad.
Y así empezó toda la locura. Después de beber mi segunda cerveza no me acuerdo muy bien de lo que pasó. La mayoría de las cosas me las contó Kaleb. Al parecer él llegó para darme la CocaCola y me empezó a buscar y cuando me encontró esta tirado cerca de la piscina de la casa de Tyler con algún corte en la pierna. Al parecer no me pegaron sino que como iba tan borracho me caí de una forma muy graciosa y lo que me hizo fue un corte en la pierna y un moratón. Kaleb me llevó a casa y el día siguiente todo el mundo sabía lo que había pasado en la  fiesta porque alguien me gravó la caída y la subió a YouTube. Se colocó 3 en tendencia. Soy el gracioso del grupo, hasta algún listillo hizo un remix con musica de mi caída.

                       *PRESENTE*
-

No es ese tipo de fiesta.- Explicó Kaleb - La fiesta la hace la profesora y es en el colegio así que estamos vigilados. Aparte es por la mañana de domingo.
- ¿Estás seguro?
- Tu tranquilo ven a la fiesta va estar muy bien y si cervezas ni piscinas en las que te puedes caer.
- Vale iré.
No se porque dije que si, debe ser porque no quiero que siga diciendo cosas malas sobre mi.

- Son las 22:00 me tendría que ir a casa. ¿Aparte mañana no juegas el último partido?
- No me acordaba. Por cierto Tyler me comentó que ya que este año hemos quedado por la mitad de la tabla es posible que deje jugar a los suplentes. Se lo dijo la entrenadora. Y creó que te van a pone a ti.
La alegría que me vino por decir eso fue algo que lo expresé riéndome. Si, soy así de estúpido. Después de esa espléndida noticia me fui a casa y me metí en cama pensado que mis años  de banquillo se acabarían. O eso pensaba yo.

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