Capítulo 2

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Llegue a la casa de Gabe, me recibió su mama. Ella le aviso a Roger que ya había llegado su hermana por el.

Bajo las escaleras y me dio un gran abrazo, le dije que teníamos irnos, el simplemente asintió y se adentro en el auto. Le di las gracias a la mama de Gabe y a Gabe, Salí de su casa y subí al auto. Arranque, me aleje un poco y me detuve a mitad de la carretera.

-¿Te sucede algo Nata?- Me pregunto con esa mirada de ángel que tiene. Para los que quieran saber como es aquí les dejo: Tiene unos grandes ojos color azul cielo y alrededor de la pupila un verdoso muy suave, tiene 13 años y es un poco bajito. Su pelo es chino, su tono de piel es claro, pero sin pasarse y su nariz es normal.

-Nada, lo que sucede es que no te llevare a casa- Le dije con preocupación en mi tono de voz.

-NO ME DIGAS QUE ERES UNA VIOLADORA DE NIÑOS DE OJOS AZULEZ, POR QUE SI NO YA NO SALGO DE AQUI!!!!!- Casi me hago pipi en el auto, lo que había dicho era una tontería mas en su historial.

-No enano- Dije ya calmándome -Lo que paso es que mamá nos ha ocultado algo muy grave........ Enano , papá no sabe que existimos.- Dije casi en un hilo de voz -Mamá nunca le dijo que estaba embarazada, ni cuando se embarazo de ti-  Ok, ya estoy llorando.

Sus ojos se tornaron llorosos, cayo en mi hombro. No pensé que reaccionaria así, esto es muy doloroso.

-¿Por qué Nata?- Me dijo con voz entrecortada- ¿Por qué no se lo dijo?, ósea ¿Qué no sabe de nuestra existencia?- Me duele verlo así, es demasiado.

Asentí

-Exacto, pero lo encontraremos y se lo haremos saber. Pero ahora encontraremos donde quedarnos y seguir con nuestra vida normal, con excepción de lo de encontrar a papá. ¿De acuerdo enano?- Lo aleje de mi, y estreche mi mano en plan de promesa o trato

El, la tomo con gusto, y luego me abrazo con ganas. Yo accedí y también lo abrase. Así no quedamos un buen rato, con un silencio agradable, no necesitábamos hablar para entendernos. Somos muy unidos. Di marcha al auto y marque el número de Karina, una amiga mía que vivía sola y que adoraba a Roger.

Le pregunte que si podíamos hospedarnos en su casa un tiempo. Con gusto accedió, pero me dio la condición de que le contara todo, le respondí con un si. Colgué y seguí en el camino a su casa. Para poner ambiente programe la música y comenzamos a cantar Roger y yo.

Vete a la **erdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora