Desperté sudando y tosiendo; mi garganta ardía y el oxígeno se estaba haciendo ajeno a mis pulmones. Me incorpore rápido y me golpeé a mi mismo intentando sacarlo todo para volver a recuperar el aire. Cuando mi sangre mancho el suelo y mis pulmones volvieron a llenarse, lloré de nuevo.
Y es que TaeHyung no estaba ahí.