El público estaba encantado, pero no parecía que fuera un sólo público, habían allí tres lugares dónde me escuchaban, pero yo estaba en los tres al mismo tiempo, ¿qué pasaba? Podía ver un grupo de oyentes que eran todos unos niños, el siguiente tipo de personas eran jóvenes oyentes que habían quedado en completo silencio ante la melodía, pero era curioso que había una parte donde estaban ubicados sólo los ancianos, ellos también guardaban silencio entre mucha admiración, en el momento no lo entendí, mi mente parecía haberse multiplicado por tres, pero no tardé mucho en ver algo que me interrumpió la melodía, al ver el público donde se encontraban los ancianos volví a mis manos y miré mis manos llenas de arrugas, dejé de tocar de golpe y me paralice viendo mis manos, me levanté y en el reflejo de la madera de la que estaba hecho el piano me vi, estaba anciano, era una persona muy mayor, todos me veían con admiración, ellos no comprendían lo que pasaba, yo mucho menos, no sabía que hacer, pero entonces un anciano bajó de entre el público y se acercó a mi diciendo, -oye no te asustes, es una etapa que todos debemos pasar, después de tanto vivir, tanto sufrir, tanto intentar ser felices tenemos que llegar a la vejez, es normal, no le tengas miedo a lo natural, ahora toca para nosotros antes que no podamos escucharte - se alejó y sentó en su silla nuevamente, yo temblando de la confusión me senté frente al piano y continúe tocando, en un momento de tanto ver mis manos ahora eran pequeñas, muy pequeñas, voltee al público y vi que los ancianos ahora eran niños, yo era un niño, ahora estaba teniendo miedo, no sabía como pasaba esto, pero decidí seguir y terminar la melodía, al finalizar mis manos estaban de nuevo como las de un joven, enérgicas y normales a mi parecer, vi mi nuevo público y eran todos adolescentes que al parar de tocar el piano me aplaudían mucho, me retiré caminando y estaba seguro de algo, esa noche no dormiría, no entendía el porqué de aquello pero aseguraba que estaba muy interesado en descubrirlo.