30. Un punto.

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Era una noche oscura y sin estrellas esa en la que estaba mas triste que un girasol sin sol.
Yo me había tomado todo el café de la ciudad sin apuros y la música calida salía desde mi ventana hasta las felices calles llenas de soledad donde alguna vez tu y yo fuimos plenos.

No se si fue la ausencia de luna la que me hizo pensar que ya no te extrañaba, quería, o anhelaba a mi lado expresando existencia de un nosotros.

¡Tanta ignorancia en mi!
Solía gritarme consternada, y yo lo sabia.

Sabía que estaba condenada a estas cosas hasta que el aire dejara de respirar y mis ojos dejaran de buscarte con mis manos dentro de las sílabas que cada boca loca pronunciaba.

Porque no soy Roma y todos los caminos no te traen a mi. Ni soy París, donde la felicidad cubre la atmósfera. Mas bien soy Grecia. Ruinas sin mar, ni sonrisas y una historia que nadie cuenta.

Las Nubes No Lloran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora