12 de octubre del 2013
-¿Cómo que no vas? Pero si va a ser el evento del año Cydel, debes ir. Todos quienes se consideran alguien van a estar ahí.
-Pues yo no soy nadie,y estás exagerando, además de los maestros la única persona que me conoce aquí eres tú, nadie notará mi presencia y sabes que no me gustan las fiestas, me deprimen por alguna razón.
-Si no lo quieres hacer por ti, haz lo por mí, por todas las veces que te he querido llevar a algún lado y me dijiste que no. Por favor. ¿Sí?
-Ahhhhhhhhhhh....
-Bueno, al menos lo inten...
-Lo har...
-¡Genial!
-Espera, no...
-Pasaré por ti a las nueve en punto Cydel LeQuand si no estás ahí ya verás el lunes, te voy a morder una oreja. Adiós, llego tarde al examen.La expresión de estúpida sorpresa en la cara de Cydel daba a entender (aunque nadie le prestara atención) de que sabía que muy probablemente se iba a arrepentir de aceptar ir a esa fiesta.
Luego de unos minutos de estar con la boca abierta y la mirada al vacío, una extraña sensación de resentimiento le provocó palpitaciones en el oído derecho. Julyne le había tratado de convencer de ir a una fiesta por enésima vez desde que empezaron a cursar la escuela secundaria pero ésta había sido la única a la que Cydel aceptó ir. Tal vez pensó que complacer a su mejor amiga en esa petición por única vez le haría liberar la tensión acumulada durante los exámenes, mas ya se empezaba a sentir culpable sin siquiera saber de qué.Pagó la cuenta de su almuerzo en la cafetería y se dirigió a la salida principal. Había entregado hace una hora exacta el último examen y se sentía inseguro de que lo hubiera hecho excepcionalmente bien. Cydel pasó de ser uno de los peores de la escuela a ser uno de los mejores de la universidad.
Iba atravesando el campus llegando a la salida principal sumido en sus pensamientos haciéndose a la idea de lo que acababa de hacer cuando al alzar la mirada notó una pila de libros a medio centímetro de su cara.
-¡Ay ay ay ay ay lo siento! ¡Lo siento en serio! ¿Estás bien?- El choque no fue lo que le ocasionó dolor, si no, la caída del montón de libros justo en la entrepierna. Cydel soltó un largo y silencioso quejido antes de levantarse y comenzar a recoger los libros.
-Ehh... Uf... Eso espero, bueno no me suele pasar cosas así muy seguido.
-En serio lo siento, no te vi, estaba muy distraída...
-Tranquila, estoy bien, no hay ningún problema, ya pasó pero, vaya ¿Por qué tantos libros?
-Oh, bueno, verás, necesito devolver todos estos libros antes de que cierre la atención en la biblioteca y luego debo ir a rendir un examen. Fue por eso que estaba distraída, no estoy segura de poder aprobarlo.
-Ehm... No te martirices tanto, no ayuda nada el estar tan preocupado en si vas o no a aprobar, cuando llegue la hora sabrás que has estudiado lo suficiente.- Ella dio una risita nerviosa.
-Gracias por el consejo, chico. Ehm.. ¿Cómo te llamas?
-Mi nombre es algo raro, di el tuyo primero.
-Bueno, está bien, me llamo Samantha. Te toca.
-Samantha, que nombre tan intenso. Me llamo Cydel, mucho gusto Samantha. Nece...
-¡Oh rayos! -Dijo ella con una expresión de susto al ver su reloj. -No puede ser, se me hace tarde. Eh... Gracias por recoger los libros. Tengo que irme ahora. _Dijo muy rápido mientras tomó descuidadamente la pila de libros de los brazos de Cydel.
-Adiós Cydel, y lo siento. -Dijo ella mientras se alejaba veloz rumbo a la biblioteca.
-Quería preguntarle si necesitaba ayuda con los libros... -Se dijo confundido.Llegando a casa, a Cydel se le antojó tomarse una gran taza de café así que pasó por el minimarket del señor Burns para comprar una lata de café, ya que él normalmenteno lo tomaba.
-Buenas tardes señor Burns.
-Oh, hola Cydel. ¿Qué tal todo?
-Hasta ahora todo ha estado tranquilo... Hasta ahora...
-No me digas que planeas hacer alguna fechoría chico. -Dijo el señor Burns con sorna.
-No, nada de eso, es solo que hoy acepté acompañara Julyne a una fiesta por fin de ciclo y la verdad es que no quiero ir.
-¡Vamos Cydel! Yo creo que deberías irporqu...
-¿Usted también?
-Ayyyy chico, que aburrido pareces.
-¡Lo soy! Señor Burns, soy aburrido. No me gustan las fiestas, no tengo idea de por qué acepte ir.
-Ha de ser que aceptaste porque empiezas asentir algo más por esa chica Julyne.
-Por favor señor Burns, no empiece con esas cosas. Ya sabe cómo yo pienso, me sentiría incómodo, siento que es como de mi familia, yo crecí con ella. No va a funcionar así yo quiera algo más con ella que una buena amistad. Bueno ¡Ya! No vine aquí a hablar de estas cosas señor Burns. Y borre esa tonta sonrisa de su cara.
-Jajaja. Está bien Cydel, bueno. ¿Qué vas a llevar?
-¿Tiene latas de café?
-Tú tomando café. Esa es una novedad, ten.
-Dijo el señor Burns mientras le alcanzaba una lata de café a Cydel.
-Sí, que raro ¿No? Bueno, tengo que irme. Adiós señor Burns.
-Adiós Cydel, y que te diviertas en esa fiesta.
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Cydel
General FictionLa aparentemente próspera vida de un adolescente, que aún no encuentra un motivo del por qué hacer las cosas, se tornará un tanto interesante de una forma que quizá parezca fascinante. Pero fascinante no es algo con lo que él definiría su realidad.