Capítulo 1

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-Pablo, ¡baja! Llegas tarde al colegio...

-Mamá, te he dicho mil y una veces que no me tendrías que haber cambiado de escuela. Venir a Bilbao para empezar una nueva vida ha sido la mayor estupidez que hemos cometido. Sufría abuso escolar, sí, pero almenos era conocido entre comillas. En esta nueva escuela me tomaran el pelo como un gato a un ratón... ¡No quiero ir!

Pablo subió a su habitación llorando. Eran muchas las tardes que subió a su habitación con una cantidad estratosférica de lágrimas en su rostro y eran muchas las mañanas que no quería salir de su habitación. Pablo era un chico sevillano de pura cepa, pues era un chico que tenia muchos problemas en la escuela. Era un chico repelente contra las chicas y atractivo para los matones que querían abusar de él. Era muy cobardica y a la vez inseguro. A la vez, Pablo era una persona con mucha personalidad: era muy católico y creyente, tocaba la guitarra de forma autodidacta, le gustaba el flamenco y amaba la sevillana en sí. Pablo nunca había tenido un amigo en el cuál confiar, estaba sólo. Sólo tenía a su madre y a su hermana pequeña. La infancia de Pablo fue marcada por la fuga de su padre por estafa, a saber en qué parte de este enorme planeta estaría él ahora... Pablo siempre pensaba que a su padre le importaba más estafar que mantener a una familia pobre psicológicamente y económicamente.

Pablo bajó las escaleras de su casa cabizbajo, ocultándole su cara muy lagrimosa a su madre.

-Pablo, hemos venido a Bilbao para empezar una nueva vida. No quería que sufrieras más en Sevilla. Es un nuevo reto. Juntos lo afrontaremos bien. Somos uña y carne. Somos débiles, pero a la vez fuertes. Sin tu padre hemos aguantado muchos años como hemos podido.

-Lo entiendo mamá... en fin, me voy al colegio... Luego te cuento, te quiero.

Pablo besó a su madre en la mejilla un beso que transmitió miedo y inseguridad. En cambio, su madre le dió un beso a Pablo transmitiéndole confianza y coraje. Se dieron un abrazo inseparable si el tiempo no existiera. Pablo bajó las escalera y cogió el autobus escolar para irse al colegio.

Los unos y los otrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora