El mejor invento que ha creado el ser humano en toda su larga historia, son las vacaciones. Sí, sí, como lo oyes, ni internet ni mierdas, las vacaciones. Y es que... ¿quién no las desea y las necesita tanto como el aire que respira? Vale, quizá a esos padres irresponsables cuyos hijos son demonios con pintas no les gusten mucho, pero para eso existen las actividades extra-escolares, asociaciones y campamentos. El punto importante aquí es que todos ansiamos un descanso y diversión en algún momento de nuestra vida, sea el bando al que pertenezcamos el de los buenos o el de los malos. Hasta a Fyodor Dostoievski, Dosti para los amigos, le encantan. ¡Incluso a Kunikida, que es un workaholic en toda regla! Y, por supuesto, los chicos de la Port Mafia no van a ser menos, sobre todo teniendo tanto crío suelto por la sede. Por eso, Mori había planeado para ese día de verano, ir todos a la playa. ¿Que qué demonios hacían en la piscina? Ahí ya no tengo ni idea.
-¡Mori-san! -Exclamó Chuuya, contrariado. Eso sí, al tío le había faltado tiempo para ponerse el bañador y pedirse un refresco de mango sin alcohol, que todavía era muy pronto-. Nos prometió playa y yo lo más parecido que veo al mar es la piscina de olas... ¡Motojiro, saca esas bombas de limón de ahí!
-Es que había mucho tráfico, Chuuya-kun.
-La tenemos a cinco minutos a pie de la sede.
-Esto... ¿un helado?
-Tengo ya bebida, gracias. -El luchador suspiró. Se sentía como una madre contrariada-. A qué lo adivino, ha sido por Dazai.
-Es que en la playa se me mete arena entre las vendas. -Se quejó el suicida, que leía tranquilamente en una tumbona-. Esto es mucho más cómodo.
-Era la única forma de que accediese a venir.
-Esto se llama favoritismo, Mori-san. Además, ¡se ha traído a toda la bendita Agencia Armada de Detectives!
Y Nakahara tenía razón. Ahí no estaba sólo media Port Mafia desperdigada por las diferentes piscinas, toboganes, tumbonas y puestos de comida -que algunos engullen más que apariciones han tenido-, sino que también los acompañaba la Agencia al completo. Cortesía por supuesto de un Dazai que no había dudado en arrastrar a todos sus compañeros con tal de no quedarse a solas con su padrastro. Eran los únicos en las instalaciones, pero se bastaban y sobraban para llenarlas, destrozarlas y liarla parda.
-Ya bueno...
-No os quejéis. -Habló Fukuzawa mientras organizaba sus cosas al lado de Ranpo-. Gracias a nosotros, las entradas os han salido a mitad de precio.
-Ahí tiene razón. Muchas gracias, señor mayor zoofílico.
-¿A quién llamas tú señor mayor zoofílico, pederasta de tres al cuarto?
-Rintaro, quiero helado.
-Chuuya-kun, cómprale un helado a Elise-chan.
-¿Y para esto estoy de vacaciones? -Se quejó de nuevo-. Anda, vamos, Elise.
Mientras Fukuzawa y Mori se enzarzaban en una discusión y Nakahara compraba helados para la pequeña bailarina de la mafia, Poe y Lucy contemplaban la estampa. El americano se sentía fuera de lugar. El pobre abrazaba a Karl sin dejar de temblar.
-Nosotros técnicamente somos del Gremio... ¿Qué hacemos aquí?
-Calla. Hemos venido por lo bien que te llevas con Ranpo. Por eso y para comer de gorra.
-P-Pero me siento mal...
-Pues tómate un ibuprofeno, pero a mí no me des la brasa.
-Anda, el amigo de Ranpo-san y la camarera de la cafetería. -Sonriente y no escalofriante, Yosano se acercó a ellos-. ¿Cómo vosotros por aquí?
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La Port Mafia en la playa [BSD one-shot]
Fanfiction¡La Port Mafia está de vacaciones, más o menos! ¡Y Mori ha decidido llevarlos a la playa, más o menos! ¿Por qué tanto más o menos tan feliz? Porque... bueno, porque Haikyuu, que nunca es mala respuesta. ¿Quieres descubrir qué les pasó a los mafiosos...