El viaje.

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7:00 a.m...

La alarma de mi celular comenzó a sonar como de costumbre, pero la gran diferencia es que hoy precisamente ese sonido no me molestaba en lo absoluto, por lo contrario, me llenaba de felicidad por que eso indicaba que hoy era el día que estuve deseando por años. Recobrando el sentido después de un sueño placentero noté que tenia algunos mensajes de dos de las personas más importantes que pude conocer durante este trayecto de mi vida en YouTube; Libardo y Andrés.

Libardo:
6:55 a.m...
Despierta, princesa, hoy es el gran día, tiene que ser un día excelente. Te amo.

Andrés:
7:00 a.m...
¡Mi vida!, hoy es el gran día, después de tanto tiempo. No sabes lo feliz que soy por poder formar parte de ti y de esto que estas apunto de emprender. Te amo mucho.

Sin duda alguna eran mensajes que me reconfortaban el alma y me hacían sumamente feliz. Era hora de iniciar el día como se debe, un gimnasio me esperaba. Me di una ducha rápida, me vestí con ropa deportiva y me hice una coleta en alto, tomé una manzana que se hallaba en el frutero, cogí agua para hidratarme durante la rutina y salí de casa.

9:00 a.m...

De vuelta a casa llegue directo a la ducha. Se aproximaba la hora del vuelo. Las maletas y todo estaba listo para partir. Mi madre vendría por mi para llevarme al aeropuerto, mientras esperaba comencé a arreglarme; cogí unos jeans negros con hoyos en las rodillas, sin duda alguno eran mis favoritos; una camiseta blanca con cuello en "V" de manga larga, que me faje por dentro de los jeans; unos Vans con el estampado de marcianitos de Toy Story y una chaqueta de mezclilla azul. Por consiguiente venia el maquillaje más básico que solía usar: aplicar la pre base, después la base a mi tono, sellarla, un delineado discreto, mascara para pestañas y para darle el toque especial un rosa nude en mis labios, y por supuesto claro mi perfume favorito no podía faltar: Meow de Katy Perry. Mi madre llegó, era hora de partir.

10:00 a.m...

Habíamos llegado al aeropuerto, bajé mis maletas, enseguida mi madre comenzó a caminar junto a mi, tomadas de la mano recorrimos el aeropuerto hasta llegar a la puerta en que mi vuelo partiría.

—Es hora, mami-le regalé una sonrisa tímida e inmediatamente le abrí los brazos para envolverla en un fuerte abrazo-.
—Promete que te cuidaras mucho, y que ellos también cuidaran de ti.

—Tranquila, todo estará bien, y si no es así te juro que serás a la primera que llamaré-me solté de aquel abrazo y bese su frente-.

—Y llámame una vez estés allá, por favor.

—Que sí, no pasa nada, pronto estaré de vuelta. Te amo.- me dispuse a caminar hacia la puerta de la sala-.

11:45 a.m...

—Pasajeros con el número de vuelo 31017, favor de comenzar a abordar-escuché decir por un altavoz, mientras que interrumpía la música que estaba escuchando.

Me levante del asiento en que me encontraba y me dirigí hasta la puerta para encaminarme hacia el avión. Durante esos escasos 30 segundos que duré de mi asiento hacia aquel lugar vinieron a mi cabeza todo aquello por lo que tuve que luchar y todo aquello que tuve que padecer para estar hasta donde me encuentro el día de hoy. Sonaba mi celular.

—¿Hola?-respondí abandonando la fila-.

—Dime que no has abordado-era Libardo-.

—De hecho en eso estaba, tuve que abandonar la fila ¿Qué pasa?

—Júrame por tu vida que me llamaras una vez estés en tierra.

—¿Eh?-pregunte sin entender que pasaba-.

—¡Que lo jures!-alzó la voz-.

—Ok, te lo juro, ahora puedo abordar mi vuelo, por que si no lo hago, ni vuelo, ni llamada, así que tu decide.

—Te amo-cortó la llamada-.

Ya en el avión aun no procesaba lo que a estas alturas de mi vida estaba viviendo. El vuelo estaba apunto de partir, el viaje estaba apunto de comenzar.


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