Solo quince días.

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Al término de aquel abrazo a la primera persona que mire fue a Lian. Su mirada y sonrisa de inmediato cautivaron mis ojos y un rubor intenso en mí se hizo presente, que extraño.

Ambos, unas personas súper agradables y carismáticos, durante todo el camino al apartamento no paramos de reír, era tanto que no soportaba mi estómago, iba a estallar.

Su estancia en la ciudad iba a ser de 2 semanas.

Durante ese lapso de tiempo conocí dos personas excepcionales que ahora formaban parte de mí, conociendo más a fondo a uno que a otro.

Jean se la pasaba durmiendo casi todo el día, literalmente solo despertaba para comer e ir de fiesta a los antros más famosos de la ciudad y conocer niñas lindas, ese fue su ciclo durante 15 días. Que a pesar de no ser el más productivo, lo poco o mucho que dejo al descubierto conmigo fue fantástico.

En cambio Libardo, fue todo lo contrario, desde el primer momento fue súper atento conmigo, me protegía como nadie lo había hecho. Todos los esos días me preparaba el desayuno. Tiene un sazón exquisito. Todo el día nos pasábamos conversado, con decir que nunca nos dabamos cuenta cuando Jean resusitaba de entre sus sábanas. Él incluso preferíamos conversar en los antros mientras Jean iba de ligue en ligue.

La noche anterior a su partida a Colombia, hicimos lo habitual: Jean persiguiendo chicas y él y yo charlando, pero esta vez fue diferente, estábamos un poco más ebrios de lo normal y más juntos, casi podía sentir su respiración.

Cuando pude darme cuenta mis labios ya rosaban los suyos. Sus perfectos, carnosos y deliciosos labios estrechándose con los míos. Sus manos en mis caderas, acercándome más a él y mis manos acariciando su suave rostro. El beso más intenso cada instante. Pequeñas mordidas entre ambos y sonrisas a medio beso. Un cosquilleo en mi estómago. ¡¿Qué estaba sucediendome?¡. Al término de aquel beso sólo nos miramos, el rubor en nosotros era más que notorio, reímos y Jean se hizo presente. Era hora de volver a casa.

Como todos estos 15 días me preparo el desayuno, delicioso. Algo en nosotros había cambiado, mi piel eriza todo el tiempo, su seductora mirada dirigiéndose a mí. Volvió  a ocurrir. Nada más al verme camino hacia mí y me beso. Ese cosquilleo en el estómago, volvió. Toda la mañana y tarde estuvimos igual de juntos que los días anteriores.

Su vuelo salía a las 8 p.m, llegamos 2 horas antes, como siempre. Dentro del auto habia cierta tensión que me gustaba, esas miradas que Lian me tiraba por instantes y la forma en mordese los labios. ¡Dios!. Jean salió derecho a buscar comida y como de costumbre a ver a quien ligaba por ahí mientras el vuelo partía.

Caminando por dicho aeropuerto entrelazamos nuestras manos, su mirada clavada en mi rostro estaba presente igual que el rubor en mis mejillas y ese cosquilleo en el estomago de nuevo. Mi cerebro aun no lo procesaba, ¿de verdad esto estaba pasando?. Conversaciones, risas, abrazos, besos; ese tiempo en aquel aeropuerto había sido más que perfecto.

La hora de que partiesen había llegado, Jean me envolvió en un fuerte abrazo y un beso en la mejilla, amenazando con volver para conquistar México, refiriéndose a las chicas, por supuesto, siguió derecho dejándole una mirada a Libardo.

—Es hora.-hizo el puchero más tierno que había visto en toda mi vida. Me abrazo con una fuerza indescriptible, un beso en mi frente y uno de sus fantásticos besos en mis labios comenzó- te quiero, Carol, volveré, y entonces, tu y yo...- asentí y me arroje a él con un fuerte abrazo- solo quince días.

El avión había despegado, no tenia nada más que hacer. Una sonrisa de oreja a oreja se dibujada sobre mi rostro, conducía para mi apartamento teniendo en todo momento lo último que Libardo me dijo antes de partir: solo quince días.

La idea de volver a verlo me volvía loca, era tanta felicidad en mí, que no existían palabras para describirla, seguíamos en comunicación y generalmente el solía repetirme a cada momento: "te quiero", "te necesito", "te extraño", "no quiero estar más lejos de ti". Tanta felicidad no podía ser verdad.

Los días pasaron...

Ya solo faltaba una noche para volver a verlo, estaba tan entusiasmada. De un momento a otro mi celular comenzó a timbrar, creía que era él, al desbloquearlo noté que era un número desconocido, abrí los mensajes, mi mundo se paralizó por completo. No podía creer lo que estaba viendo.

"Que inocente eres Farmiga, ¿de verdad creías que alguien como él iba a permanecer con una boba como tú?, si tú solo fuiste cosa de quince días, tanto le aburriste que ahora tuvo que volver a mí". Habían fotos adjuntas por debajo. Mi corazón se desmoronó, era él, en todo tipo de situación comprometedora con ella. Era su ex novia, que al parecer ahora lo era otra vez. No respondí aquellos mensajes; bloqueé nuevamente el celular y fui a la cama. Las lagrimas brotaron con toda fuerza, una vez más habían jugado conmigo.

A la mañana siguiente se supone que debía ir por él al aeropuerto cosa que no hice, comencé a recibir llamadas suyas que nunca atendí y mensajes que no vi. Llamaron a la puerta de mi apartamento. Era él. Abrí la puerta sin ganas de hacerlo, mi corazón estaba por los suelos, y volver a verlo solo lo empeoraba.

—¡Hermosa!.-ese brillo en sus ojos de nuevo-.

—No te me acerques.-dije en el tono más frio. Él me miró confundido-.

—P...pero, ¿Qué pasa?

—¿De verdad aun lo preguntas?.-mis ojos comenzaron a inundarse de lagrimas. Saqué el celular y le mostré todo aquello que había recibido la noche anterior-. ¿Crees que nunca iba a saberlo, tan estúpida me crees Isaza?

—Déjame explicártelo todo, no es como lo piensas, no es como ella te lo dijo, Carol, yo te quiero de verdad.-me tomó de los hombros.-

—¡Que no me toques!.-le alce la voz y me zafé bruscamente de su agarre. Mi llanto era cada vez más intenso-.

El ambiente cada vez más tenso, él intentaba explicarme, pero yo no lo dejaba y "Carol, por favor, yo te quiero, te quiero conmigo", una y otra vez.

—Por favor vete, no quiero volver a verte, no quiero saber más de ti, no más, Libardo, no más.-le dije un poco más tranquila. La verdad, no quería que se fuera, también lo quería conmigo, peor no podía permitirlo-. Solo vete.-apunté en dirección a la puerta. Agachó la cabeza-.

—Solo espero algún día me dejes explicarte como sucedió todo, lo admito culpa mía también fue, pero no todo es como parece. Te amo y es lo más sincero que le he dicho a alguien en mi vida.

Tomo sus cosas y se marchó. Desde entonces hasta hace algún tiempo no había vuelto a saber nada de él, nos dejamos de seguir en redes sociales y cosas por el estilo; tarde o temprano algún reencuentro tenía que haber y así sucedió. Pudimos hablar sobre el pasado; pudo explicarme las cosas como fueron y por supuesto que le creía, yo lo quería a pesar de todo, pero solo una amistad fue lo único que pude ofrecerle.

—Vas a ser muy feliz Carol, te lo debo.-me dijo aquella vez, se despidió de mi y se fue-.

Fin del Flashback...

Detrás de cámaras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora