Carta 56

El día prometido

Hoy es el día, sabía que este día llegaría, pero no esperaba que fuera tan pronto.

Tenía la certeza que podría enfrentarlo sola, que no duraría tanto tiempo, que en realidad estaría preparada para esto... Pero ahora veo que las cosas no son como te lo imaginas.

¿ Aún no sabes de qué día te estoy hablando?; bueno antes de decirte de qué día te hablo, tenemos que empezar por el principio.

Para comenzar tengo que contarte que no soy una chica a la que le gusta contar sus problemas, ¿por qué?, por la sencilla razón de que me cuesta demasiado trabajo abrirme con alguien en un aspecto más personal también tengo el miedo de que esa persona a la que se lo cuente me pueda hacer daño cuando ya estoy lo suficientemente débil; más aparte no me gusta llamar la atención, robarte tu tiempo cuando probablemente tu tengas tus propios problemas para que luego tuvieras que lidiar con los míos. Por esto es que desde niña me he guardado mis tristezas y problemas, inquietudes y tormentos, por eso he procurado que aunque este muriendo por dentro, siempre mire al mundo con una sonrisa para que no sospecha de mi pena.

Sabía que cada conflicto o pesar que retuviera tendría el equivalente a una pizca de pólvora, la cual se iría acumulando poco a poco en el tanque de mi corazón y que al no haber más espacio este estallaría con la simple chispa de una angustia... Ahora,¿ ya tienes la idea de qué día te estoy hablando?

¡SI!, Hoy es el día en el que estalló esa bomba de enigmas sin resolver, donde el impacto fue tan fuerte que mi espíritu fue asesinado por este aciago.

Aún puedo escuchar caer uno a uno los pedazos del corazón, al igual que yo he caído en depresión, llegando al punto donde por más que quiera no puedo parar de llorar, mis ojos me piden no derramar una lágrima más, pero hoy no tengo control sobre mi.

Hoy es día para lamentar esos amores que no pudieron ser, de sacar el miedo producido cada vez que tus padres discutían, de cada momento donde existía la presión de no poder ser la hija perfecta, eso y más, hoy es el día donde todo lo malo que no te ha dejado avanzar tenga que salir.

Y ya a unas horas de que el día acabe, aún me falta llorar, golpear y borrar este pasado abrasador, y así al fin pueda morir en paz.

Para que mañana logre emerger está nueva persona, con una corazón más resistente, porque como saber que tan fuerte puedes llegar a ser sin antes ser destrozado.

Pero bueno no hay que adelantamos ni ver el lado positivo, porque hoy no es día para agradecer lo que ha pasado, si no para desintoxicar lo malo... ¡ Hoy es el día prometido!