IV

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Capítulo 4.

Antes de dormir en una choza que compartió con Liam y dos más de sus compañeros de navío, Harry estaba agradeciendo internamente haber llegado hasta la isla. No era una persona realmente religiosa, pero con quién sea que tuviese que estar agradecido, lo estaba. Cuando habló con Louis acerca de haber querido venir antes con su madre, lo dijo en serio. Realmente trató, desde que tenía dieciséis, irse junto con su madre y su hermana y alejarse de su tirano padre, que nunca lo había querido. Pero nunca pudo, siempre hubo problemas.

Harry suspiró y volvió a acomodarse en su pequeña cama hecha de paja, que los aldeanos forraban con las palmas enlazadas entre sí, igual que el techo de las chozas. El ojiverde admiraba todo este trabajo que observó cuando llegó, y se propuso aprender a hacer algunas cosas mientras estuviese en la isla. 

"Hey, ¿no puedes dormir?" le dijo Liam

"No realmente. Estoy como- uh, algo abrumado en emociones." le contestó el ojiverde.

"Bueno, yo también. Es bastante acertado decir que no deseo volver a Inglaterra, y este lugar es totalmente un oasis". Liam expresó con admiración

"Lo es, Li. Y siempre está la opción de no volver. Lo sabes." Harry le habló gravemente. Él conocía las razones de Liam para no querer volver, teniendo problemas parecidos a los de él mismo, pero al revés. Su padre murió cuando era niño y su madre se había casado varias veces luego de eso, pero siempre fue infeliz y lo ignoraba. La última vez que se casó, quedó embarazada de un niño y olvidó que ya tenía otro. Ciertamente, Liam ya se había mudado y criado sólo antes de eso, pero el dolor es el mismo. Antes de zarpar, Liam se despidió de su madre pero ésta apenas le prestó atención. Entendía completamente a su amigo.

"Sí, H. Lo sé. Y es lo que pasará, porque pienso empezar de cero, y olvidar el pasado" suspiró el castaño, "Ahora, es tiempo de dormir. Fue un largo día." se volteó en su propia cama.

"Buenas noches, Liam". se despidió Harry en un murmullo.



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En la mañana, Harry se sentía algo renovado por haber descansado lo suficiente. Salió de la choza en la que ya no había nadie, y todo el mundo ya estaba haciendo algo en la aldea. Incluso miró a Liam tallando un tronco, para poder sacar de éste un pequeño bote.

"Buen día, gatito dormilón" escuchó una voz chillona y sintió unos brazos alrededor de sus piernas.

"Buenos días, Daisy. ¿Cómo te encuentras?" le contestó el ojiverde, alzando a la pequeña y colocandola en su cintura.

"Estoy bien, Harry. Iré a tejer con Phoebe, pero ella ya está con Otto, que es el señor que nos enseña" dijo Daisy, y le besó la mejilla al rizado.

"Oh, ¿tejer con palmas? Ayer pensé que podría aprender algunas cosas" expresó el ojiverde. "Dime el camino e iremos, pequeña".

"Es hacia allá" señaló una pequeña choza que se veía entre los árboles un poco alejados. "A Otto le gusta estar cerca del mar, por eso está tan lejos" habló mientras Harry comenzaba a caminar hacia el lugar.

Grand Molji {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora