Yōsei To Doragon

Go.

Odio los viajes en tren, esas jodidas Maquinas me Marean.

-Natsusan, Si quiere puede utilizar a Juvia para no sentirse Mal en el viaje, bu...bueno eso opina Juvia-

Te sonrojas ante tu propio comentario.

No sabría como reaccionar, estaba algo cohibido, hasta el mareo se me había olvidado.

En todos mis años de vida, en ningún momento me he sentido como ahora.

Avergonzado.

Nervioso.

Soy un Jodido demonio y tu una humana.

'Pero'.

Siempre esta esa palabra siempre que pienso.

Si volviera el tiempo atrás, donde Todo era caos.

Preferiría esto, el presente, donde estas tu, mi bella maga.

Tu estas jugando con mi cabello, tus caricias me hacen dormitar, y creo no aguantar mucho tiempo consciente.

Una vez, hubo una humana que se había acercado a mí.

Sin temor, sin miedo.

Su nombre era Layla Heartfilia.

La tatara abuela de Luce.

Ella quería que yo le explicará por que hacía lo que hacía.

Ella me mostró el mundo, la bondad de los humanos.

Pero tú, eres un poco diferente.

Tú, me enseñas algo que nunca pensé en sentir.

Tú, no sales de mi cabeza.

Tú, te metiste muy dentro y no puedes salir de ahí.

Cuando un Dragón Slayer se enamora solo lo hace una vez en la vida.

He tenido un sueño.

Apareces tú.

Pero también.

Aparece él.

El Maldito de mi hermano.

Ojalá mi sueño no se cumpla

Si no yo te perdería

Fuimos directo a donde el señor que ordenó la misión.

Te diré que no sé de qué trata y veo que tú sabes.

-Natsusan, usted no vio de que trataba la misión ¿Verdad?

Me has descubierto, me sonroje y miré la gran mansión.

Tú solo tocaste y abrió un tipo de disfraz de pingüino, o mejor dicho un mayordomo.

Me miró y luego a ti, nos llevó directo a la oficina del que parecía ser el jefe dueño de la "casa".

Él era un tipo serio, nos miró como analizandonos, yo le sostuve la mirada.

Era intimidante, pero no lo suficiente.

-Bien, la misión consta en cuidar el bienestar de mí primogénita, Annie!-

Una pequeña niña de 7 anos entró, tenía el mismo color de cabello que el señor y que tú color, un Azul tan hermoso.

-Espero y cumplan la misión-

Nos dejó, y se fue en un carruaje.

La pequeña sólo se sentó en una silla y nos miro con esos Ojitos vacíos.