Alexander
Lo que me sucedió hoy fue extraño. Esa chica tan peculiar si que logro sacarme de quicio. Pero había algo que me atraía de ella y no me podía resistir a averigüarlo.
Una vez que subí a mi auto pude escuchar esa voz que hoy me había taladrado los oídos durante toda la junta. Era ella, se oía molesta estaba insultando, parece que se le quedo el auto. Antes de llegar a pensarlo dos veces, salí de mi coche y le toque su ventanilla ella levantó la cabeza de entre sus manos y me observo hasta que logro reconocerme entonces fue que deslizo hacia abajo el cristal que nos separaba.
-Quieres que te lleve a tu casa-. Ella se limito a decirme:
-No, gracias- No pude conternerme e insistí.
-Que testaruda eres stephanie- ¿un momento la llame por su nombre de pila? Hoy las emociones me juegan una mala pasada;así que me corregí- señorita Evans usted es capaz de quedarse toda la noche aquí con tal de no recibir mi ayuda.- Ella resopló, saco las llaves junto con su bolso y salió. La lluvia nos mojaba así que me apresure a abrirle la puerta para que suba. Una vez adentro puse el vehículo en marcha.
No pude evitar mirarla es una mujer hermosa incluso con su cabello húmedo sus ondas que se deshicieron con el agua dandole un aspecto tentador, su piel clara, sus grandes ojos azules y su esbelta figura me traían entretenido hasta que fui interrumpido por su voz.
-Hasta avénida Hamilton- yo solo guarde silencio es que realmente no sabía que decir. Ella malinterpreto esos segundos:
-Lo siento, disculpame por tratarte como mi chófer-susurró.
-No te preocupes te lo debía- me miró confundida.
-¿Me lo debías?- cuestiono.
-Si, hoy te puse en una situación incómoda sabiendo que eres principiante.
-Pero...- me iba a interrumpir pero me apresure a continuar.
-Aunque me sorprendiste- me sonrío.
-Me desafiaste y no pude resistirme; perdón por lo de "Sr Puntual"-dijo haicendo un esfuerzo por no reirse; sin embargo era demasiado tarde me había contagiado y ya los dos nos carcajeabamos como unos desquiciados.
- Heey- le dije con una mirada fulminante; no pude evitar notar que me miraba cabizbaja y nostálgica.
-No hagas eso por favor, me trae malos recuerdos- A qué pasado se referiría.
-Discúlpame, no sabía que tendría ese efecto en ti- stephanie solo asintió.
Y se dio vuelta con la vista hacia afuera, no pude evitar sentirme culpable. Antes de dejarse vencer por el sueño se giró,tenía la mirada perdida solo pudo pronunciar:- "mi padre"- mientras su respiración se volvía más pausada y sus bellos ojos se cerraban.
No podía quitarme esas dos palabras de mi cabeza ni el hecho de por qué le producían tanto dolor.
Llegamos a su casa e intente despertarla pronunciando su nombre una y otra vez hasta que logré hacerlo. En un principio se asustó, pero al recordar lo que había pasado me agradeció por haberla traído y se despidió dándome un beso en la mejilla. Sus labios tibios suavizaron mi piel y me hicieron abandonar esa postura de hombre reservado y serio.
Esta noche no puedo dormir me resulta incomprensible creer que una persona me hiciera sentir culpable y aliviado al mismo tiempo.
Finalmente el sueño me atrapa dejandome solo con su imagen en mi cabeza, ignoro el motivo, pero quiero sonreír.
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Te necesito
RomanceStephanie Evans tiene todo: una carrera de marketing, amigos,familia incluso un típico corazón roto que la lleva a refugiarse bajo su carácter fuerte y decidido que emplea ampliamente en su trabajo. Alexander O'Neill es un hombre soltero,honesto y...