Alexander
Por fin termina la junta con otros empresarios competidores. Así que, ordenó mis documentos y me preciso a ir a mi oficina. Sin embargo, alcanzó a oír gritos provenientes de la puerta de Evans junto con el ruido de cristales rotos, corró hacia donde el sonido se intensificaba y no deparo en tocar la puerta, directamente entró y me encuentro con Stephanie en una esquina y un hombre de alrededor de unos 60 años gritándole ferozmente. Sin mediar explicaciones me aproximo al sujeto desprevenido por la espalda y lo arrojo al suelo, intento acercarme a ella para ver su condición, pero él me lo impide golpeandome fuertemente en las costillas me giro y retrocedo. Logró desestabilizarlo y sin pensarlo dos veces comienzo a golpear su rostro con mis nudillos estoy tan concentrado en vengarme por lo que le hizo que olvidó las punzadas que se generan en el costado de mi torso.
-Hijo de perra atrevete a hacerme a mí lo que le hiciste -él se defiende pero estoy tan cegado por mi ira que no me permito sentir dolor.
Entonces llega el personal de seguridad.
Me incorporo como puedo para luego arrodillarme junto a ella, le susurro al oído repetidas veces-"ya no te volverá a hacer daño, yo te protegeré"-solo pienso en envolverla con mis brazos. Esta temblando, sus latidos son rápidos lo pude sentir cuando apoye su cabeza contra mi pecho intentando tranquilizarla, acaricie su suave cabello y lentamente su respiración se volvió pausada. Sus enormes ojos azules se posaron en mí, provocando que me olvide de todo lo ocurrido en el momento en que surcaba ese mar sereno todos mis pensamientos y emociones: ira, odio, rencor, preocupación no eran más que la paz que podía apreciar junto a ella.
Me distraigo viendo como la cara del culpable de esto desaparece por la puerta, esté solo sonríe.
-No te vuelvas a meter con ella, sino quieres lamentarlo- le grito.
- ¿Acaso eso es una amenaza?
- Es una promesa- afirmo.
Vuelvo a descender mi vista, sus ojos se han cerrado, intento despertarla pero esta inconsciente, la levantó con suavidad cargándola y solo ruego que se encuentre bien. Solicito que llamen a urgencias.
Vuelvo a recordar la desesperación e impotencia de aquel día en que perdí una gran parte de mí...
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Te necesito
RomanceStephanie Evans tiene todo: una carrera de marketing, amigos,familia incluso un típico corazón roto que la lleva a refugiarse bajo su carácter fuerte y decidido que emplea ampliamente en su trabajo. Alexander O'Neill es un hombre soltero,honesto y...