infierno y cielo (KAKAIRU)

Primera parte.

Uno: infierno, cielo y tierra; tres mundos unidos.

Con frecuencia el acusado no recibía ningún indicio de problema hasta que recibía el primer golpe, despojado de comprensión y apoyo, presa de espantosas dudas...

A su Majestad le presento mi testimonio, aún sabiendo que mi palabra quedara en duda, pues un diablo solo engendra a más diablos y estos se vuelven en sabuesos rabiosos, culpables de todo, pero, ¿por qué ellos han de permitir que se les torture por algo en lo que no han sido participes? Mejor aún, ¿por qué ese mestizo albino debe permitir que se le castigue de manera atroz solo por tener una aventura amorosa con un ángel -y no solo eso, sino que también estar enamorado de ese mismo ser de luz-, por qué tiene que hacerlo?

Su majestad, señor. Yo como uno de sus arcángeles, soy participe de lo que ese joven diablo tiene que pasar y debo decir que no es nada grato, se le ha realizado un procedimiento de revisión a su cuerpo y lo único diabólico que yo veo -aparte de sus ya conocidas características de demonio que como sabe son su cola, alas y unos cuernos- es su miembro, su Excelentísima, no le mentiré,el tamaño de su pene es extraordinario... Con su permiso debo confesar que yo no era ignorante de nada, respecto al tema de que un ángel y un demonio mestizo tenían una relación y ahora lo estoy pagando; como es bien conocido, este mestizo debe recibir castigos humanos y cuatro veces por día me a tocado ver como es torturado y no negare que yo también he sido participe en sus castigos, se me ha ordenado atarlo a un poste y golpearlo con una vara o un látigo, el numero de azotes deben ser cien para luego ser colgado desnudo y privado de comida y agua. Su Excelentísima, tengo que confesar que el miedo se enciende en mis sueños y con ellos malos pensamientos y lo peor es que lo primero que pienso al despertar es en maldad. Incluso en el silencio, su imagen me persigue de manera fantasmal.Estoy seguro que hasta ese mestizo ha comprendido mi mayor temor y es que aquello que estamos en el labor de proteger y custodiar también somos capaces de torturar y que eso nos convierte en algo peor que ellos.

A su Excelentísima, su majestad divina. San Rafael, Arcángel.

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Kakashi

Los diablos me llaman bastardo, aún cuando en realidad mi nombre es Hatake Kakashi. Bastardo es una acusación sobre una persona humana recibe cuando es concebida fuera del matrimonio, no es un nombre. Soy conocido por ser él hijo de satanás y una mujer humana, yo soy un mestizo, pero reconozco que me siento orgulloso por tener la sangre de dos razas. Sabia que en cierta época los humanos decían que los mestizos nacían en un lugar limítrofe entre el cielo y el infierno -en mi caso fue entre la tierra y el infierno- donde habitan aquellos cuyas almas están privadas de la dicha del cielo, mas que un limbo era un estado de infierno viviente... curioso mi caso, que no solo aprendí a ser un humano sino que también un diablo, yo cree mi propio infierno en la tierra. No aceptado por los demonios y convertido en una entidad fantasmal para los humanos (incluso en ocasiones hacia mi propia madre) comprendí que mis manos y pies estaban solo para defenderme y sobrevivir.

Llegamos a la tierra antes del amanecer, podíamos observar a viajeros comerciantes que iban en camino hacia la ciudad. Hacia años que no me internaba en aquel territorio que formaba parte de mi sangre humana, la tierra era un mundo dominado por solo humanos, donde su sangre importaba, sentí curiosidad con respecto a los grandes cambios que habían surgido en el... Al medio día llegamos a lo que era un camino no tan transitado que nos llevaría a nuestro destino. Muy temprano había llovido y a medida que el sol ascendía en el cielo la humedad se fue convirtiendo en vapor, por lo que por un rato ninguno de nosotros pudo ver el sendero que estaba delante y más allá de una docena de pasos, me frote la cara y las manos tratando de desprender cualquier señal de cansancio y aburrimiento, el hambre se hacia presente en mi y mi estomago exigía comida, el enano vengativo me miraba raro, quizás incluso intrigado ya que después de todo los demonios no tenían la necesidad de consumir alimento alguno; quede estupefacto cuando este me dio un pato.