Capítulo 4

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[06:43 PM — 22/06/87]

— En un momento u otro se vengarán, Choi-nim.— Aportó un hombre al que pocos pelos le quedaban ya en la cabeza.

— ¿Y por qué te crees que estamos aquí, estúpido?— Suspiró pesadamente el hombre que se encontraba en la parte superior de la alargada mesa.— Vamos a ver...— Se sentó en su respectiva silla.— Necesitamos establecer ciertas cosas, volvimos a recuperar a Suni, pero no tardarán en volver a por ella.—

— Creerán que está muerta, padre.— Aportó un muchacho más joven que el resto de hombres que se encontraban en la sala.

— ¿Tú crees, Hoseok? Los cuervos no son tan tontos como los pintan algunos.— Dirigió la mirada a uno de los hombres que había aportado información falsa no hace demasiado tiempo.— Hace cuatro años la hicimos nuestra de nuevo... Dios, ¿por qué tiene que dar tanto por saco esta maldita mujer?—

— Es la hija del antiguo y difunto líder señor, me atrevo a decir que más que ella, lo que realmente importan son sus dos hijos.— Comentó otro de los hombres.

— Lo sé, lo sé bien. ¿Alguien los ha visto alguna vez? Y por favor que no me venga con falsas respuestas, al próximo que oiga soltar una, me encargaré de que no suelte más.—

Todos se miraron entre sí hasta que finalmente alguien decidió levantar la mano tímidamente. Era un hombre regordito, lo que más llamaba la atención en su rostro, a parte de las gafas tan gruesas que llevaba, era una verruga que decoraba la punta de su nariz. Cada miembro expresó una cara de confusión diferente, pues juraban no haber visto jamás a ese ser.

— Y... Yo, mi señor.— Dijo finalmente en un tono muy leve.

— ¿Quién eres?— Preguntó Hoseok, como si el que mandase aquí ahora fuese él.

— Mi... Mi nombre es...—

— No nos importa tu nombre ahora, dinos, qué sabes acerca de su familia.— Terminó por decir Choi al ver cuánto tardaba en responder.

— Eh... Pues...—

— Vamos, hombre, que es para hoy.— Dijo el hombre calvo que había hablado antes, acompañando a la frase un par de palmas.

— Tiene dos hijos. Un chico y una chica, no sé exactamente su edad pero si sé que el mayor es el chico.—

— Heredero al trono.— Comentó Choi para acto seguido indicarle con la mano que continuase hablando.

— Por lo que he visto, la pequeña es algo más... Distante, al igual que su madre. Creo saber que no tiene amigos en la escuela, algunos alumnos la temen más a ella que a su padre. Y el hijo... Bueno, el hijo simplemente va detrás de su padre todo el día, se hace respetar pero la mayoría dicen que no tiene aires para ser un buen líder como su padre.—

— ¿Así que la que importa aquí es la pequeña? Que al parecer, luce igual que la madre.— Habló de nuevo el líder, recordando el rostro de Suni.

Hoseok iba a preguntar algo, pero ahogó la cuestión, era estúpida y sabía que nadie sería capaz de responderla, pues anteriormente el hombre dijo que no sabía la edad de ninguno.

— ¿Qué deberíamos hacer, jefe?— Preguntó un muchacho en sus veinte, que se encontraba a la derecha del hombre que acababa de confesar.

— No sé, no sé...— Se frotó la sien con la yema del dedo índice, corazón y pulgar.— Por ahora quien más me interesa es su hija, conociendo a Dongyul le dará igual las normas, preferirá saltárselas y poner a alguien de confianza en la cima antes que acatarlas y cagarla poniendo al retrasado de su hijo. Tampoco iremos a por ella directamente como hicimos con la madre si es lo que alguno está pensando. Andamos bajos de munición, además de que ellos tienen ventaja ahora, son más y no me explico cómo ni por qué. Además, puede que toda esta información sea falsa, ni siquiera sé cómo se llama este hombre ni sé de dónde ha salido, quién no dice que sea un simple chivato de los cuervos, por lo que no quiero arriesgar nada aún.— Hizo una breve pausa para dar un trago al vaso de agua que tenía sobre la mesa.— Os quiero a vosotros dos rondando las calles de los cuervos esta noche.— Señaló a los respectivos elegidos.— Tengo una cámara en mi despacho, pasaos a recogerla, encontrad a la susodicha hija y hacedla fotos, todas las que podáis. Quiero identificar su rostro el día que la vea en el campo de batalla.—

Todos se quedaron atónitos.

— ¿En el campo de batalla? Padre, las mujeres no tienen permitido asistir a los tiroteos.— Aportó Hoseok, algo bastante obvio y que todo el mundo sabía perfectamente.

— Vamos a ver, hijo, si al padre le sudan las normas, ¿te crees que la hija las va a seguir? Claro que no, y por la descripción que me han dado me da la sensación de que va a tener más agallas que muchos de mis hombres y de los de Dongyul. Ah... Eso es todo por hoy, en un par de días quiero veros aquí de nuevo a las cuatro de la tarde. Vosotros tres.— Señaló de nuevo a tres hombres aleatorios.— Interrogad a este engendro, cuando hayáis acabado, traedlo a mi despacho y me contáis. Se levanta la sesión, podéis marchar.—

Cada uno abandonó la sala pacíficamente, algunos fueron a cumplir con el deber que se les había impuesto hace unos minutos. Hoseok salió del edificio con una energía inexplicable en su cuerpo. Fuera le esperaba Namjoon.

— ¿Qué tal?— Le preguntó su amigo.

— Bastante bien, un extraño ha aportado información de la buena, aunque todos dudamos de si es cierta. ¿Sabes que el líder de los Kkamagwi tiene una hija? Dicen que no conocen su edad pero creo que es una adolescente... Agh, estoy deseando conocerla.— Confesó el moreno.

— ¿Conocerla? ¿Para qué? ¿Ahora te has enamorado y ni siquiera sabes su edad? O ni si es real, por lo que has comentado del extraño ese...— Dijo el rubio, echándose parte del flequillo hacia atrás.

— ¿Pues para qué va a ser, Namjoon? ¡Para matarla! No dejaré que mi padre lo haga, yo soy el futuro líder, y me encargaré de que el futuro líder de los Neugdaedeul mate al futuro líder de los Kkamagwi.— Contestó el mayor, mordiéndose la lengua a propósito después.


Entre Lobos y Cuervos. » [SOPE] (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora