Me pasé toda la hora pensando y re pensando en cómo sería mi vida en este lugar. Y llegué a la conclusión de que era una mierda.
El timbre de salida sonó y todo el mundo se apresuró a salir.
- Permiso - Dijo una voz muy grave a mi lado y supe que era mi compañero.
Me moví sin mirarlo y luego junté mis cosas y me paré.
- West - Dijo el profesor.
- ¿¡Qué!? - Pregunté. ¡Dios que bruta que soy, voy a lograr que me suspendan!
El profesor levantó una ceja. Suspiré y rodé los ojos. - ¿Quieres contarme algo? - Preguntó el muy confianzudo ¿Y a este que le pasa? Ni siquiera me conoce. ¿Se piensa que le voy a decir mis problemas? No señor.
- No - Dije encogiéndome de hombros.
- Puedes hablar conmigo señorita West - Dijo sentándose. En decir verdad era muy guapo, tiene unos ojos celestes hermosos, su pelo negro azabache, su tez es blanca y tiene una barba de dos días.
- Mire señor - Me senté yo también. - No estoy a gusto con mi casa, ni mi instituto, ni esta cuidad, ni con mi vida ni nada. Y si tuviera algo que decir créeme que no hablaría con usted. Primero no lo conozco y segundo no hablo de mi vida privada - Lo miré fijamente. - Que tenga un hermoso día - Dije con más sarcasmo que con el que pretendía. Sonreí mas falsa que nunca y me fui.
*****
Llegué a mi casa cansada, lo único que quería hacer en ese momento era comer y dormir una eternidad.
- Hola - Dije al abrir la puerta. Mi "hola" hizo eco por toda la casa. - ¿Hay alguien? - Pregunté. - ¿Papi? - Nada. Estaba sola, ¡Genial! Ufff ¿Y en dónde estaría ahora?
20:30 ya eran y mi padre no llegaba. Ding dong, el timbre se escuchó por toda la casa. ¿Quién mierda puede ser a esta hora?
Al abrir la puerta se encontraba una señora de unos 35 años aproximadamente. - ¿Si? - Dije con una sonrisa amable.
- Hola - La señora tenía un taper en sus manos. - Soy tu vecina y quería darles la bienvenida - Dijo levantando el taper.
- Oh - La miré sorprendida. - Muchas gracias - Le dije mientras agarraba su taper.
- ¿Y tus padres? - Preguntó con un tono amable.
- Ni idea - Dije tratando de ver qué había dentro. La señora me miró levantando las cejas.
- ¿Cómo que no sabes?
- Papá supongo que no tardara en llegar. - Y sabía a la perfección que iba a preguntar por mi madre así que me apresure a decir. - Gracias por esto - Dije levantando el taper. - Mañana se lo alcanzo muchas gracias - Dije y cerré la puerta detrás de mi.
¡Que descortés de mi parte no preguntarle como se llamaba! Da igual mañana lo haré.
Me fui a dormir una hora después ya que mi padre no llegaba y yo me moría de sueño, ni siquiera toqué lo que la señora me había dado.
Soñé con unos ojos celestes que se tornaban a un azul oscuro, unas alas y fuego.
El reloj me despertó. 6:30 de la mañana, ¡Que sueño tengo por dios! Parece que solamente dormí 5 minutos.
**
- Buenos días - Dijo mi padre cuando bajé a desayunar.
- Hola - Dije bostezando. - ¿Dónde estuviste ayer? - Le pregunté.
ESTÁS LEYENDO
Ángel o Demonio
Ficção AdolescenteAnalia West se mudó a Australia con su padre John West por temas de su trabajo. Analia pensó que yéndose de Londres, su pasado quedaría en el olvido, pero todo se vuelve tan frustrante para ella cuando conoce a Luke. Su compañero de clases...