Capítulo 2

16 2 0
                                    



Me pasé toda la hora pensando y re pensando en cómo sería mi vida en este lugar. Y llegué a la conclusión de que era una mierda.

El timbre de salida sonó y todo el mundo se apresuró a salir.

- Permiso - Dijo una voz muy grave a mi lado y supe que era mi compañero.

Me moví sin mirarlo y luego junté mis cosas y me paré.

- West - Dijo el profesor.

- ¿¡Qué!? - Pregunté. ¡Dios que bruta que soy, voy a lograr que me suspendan!

El profesor levantó una ceja. Suspiré y rodé los ojos. - ¿Quieres contarme algo? - Preguntó el muy confianzudo ¿Y a este que le pasa? Ni siquiera me conoce. ¿Se piensa que le voy a decir mis problemas? No señor.

- No - Dije encogiéndome de hombros.

- Puedes hablar conmigo señorita West - Dijo sentándose. En decir verdad era muy guapo, tiene unos ojos celestes hermosos, su pelo negro azabache, su tez es blanca y tiene una barba de dos días.

- Mire señor - Me senté yo también. - No estoy a gusto con mi casa, ni mi instituto, ni esta cuidad, ni con mi vida ni nada. Y si tuviera algo que decir créeme que no hablaría con usted. Primero no lo conozco y segundo no hablo de mi vida privada - Lo miré fijamente. - Que tenga un hermoso día - Dije con más sarcasmo que con el que pretendía. Sonreí mas falsa que nunca y me fui.

*****

Llegué a mi casa cansada, lo único que quería hacer en ese momento era comer y dormir una eternidad.

- Hola - Dije al abrir la puerta. Mi "hola" hizo eco por toda la casa. - ¿Hay alguien? - Pregunté. - ¿Papi? - Nada. Estaba sola, ¡Genial! Ufff ¿Y en dónde estaría ahora?

20:30 ya eran y mi padre no llegaba. Ding dong, el timbre se escuchó por toda la casa. ¿Quién mierda puede ser a esta hora?

Al abrir la puerta se encontraba una señora de unos 35 años aproximadamente. - ¿Si? - Dije con una sonrisa amable.

- Hola - La señora tenía un taper en sus manos. - Soy tu vecina y quería darles la bienvenida - Dijo levantando el taper.

- Oh - La miré sorprendida. - Muchas gracias - Le dije mientras agarraba su taper.

- ¿Y tus padres? - Preguntó con un tono amable.

- Ni idea - Dije tratando de ver qué había dentro. La señora me miró levantando las cejas.

- ¿Cómo que no sabes?

- Papá supongo que no tardara en llegar. - Y sabía a la perfección que iba a preguntar por mi madre así que me apresure a decir. - Gracias por esto - Dije levantando el taper. - Mañana se lo alcanzo muchas gracias - Dije y cerré la puerta detrás de mi.

¡Que descortés de mi parte no preguntarle como se llamaba! Da igual mañana lo haré.

Me fui a dormir una hora después ya que mi padre no llegaba y yo me moría de sueño, ni siquiera toqué lo que la señora me había dado.

Soñé con unos ojos celestes que se tornaban a un azul oscuro, unas alas y fuego.

El reloj me despertó. 6:30 de la mañana, ¡Que sueño tengo por dios! Parece que solamente dormí 5 minutos.

**

- Buenos días - Dijo mi padre cuando bajé a desayunar.

- Hola - Dije bostezando. - ¿Dónde estuviste ayer? - Le pregunté.

Ángel o DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora