Y es que como no quererte, con tus virtudes y tus defectos. Tu forma tan fascinante en la que te preocupas por hacerme sentir bien, porque mi día sea perfecto, para que no se me vaya la sonrisa, para enamorarme lento y sin prisa.
Y es que nuestro método de amor es el mejor; enamorarnos, como el sueño, algo como quedarse dormido. Primero lento, poco a poco, pero luego, de repente.
Dios te castigará por estar invadiendo mi cabeza tantas veces al día.
Te quiero, mi amor.
-Andreína Cruz.